Actualizado 31/10/2007 20:19

Más de 60 millones de personas podrían ser expulsadas de sus tierras para plantar biocombustibles, según Oxfam

La ONG denuncia que incrementar un 10% el uso de estos carburantes en Europa es una "amenaza" para los países pobres


MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

Oxfam Internacional denunció este martes que los planes de la Unión Europea para incrementar el uso de biocombustibles entre los Estados miembros pueden tener "consecuencias muy negativas para algunos de los países más pobres del planeta". La organización afirma que más de 60 millones de personas podrían ser expulsadas de sus tierras para crear grandes plantaciones.

Para reducir las emisiones de gases contaminantes, la Unión Europea se ha fijado como objetivo que en 2020, el diez por ciento del carburante que utilizan para transporte los países miembros proceda de biocombustibles. Si se cumple la meta, la demanda de fuentes energéticas realizadas a partir de cultivos como la caña de azúcar o el aceite de palma se multiplicará por diez.

El problema, explica Oxfam en un comunicado, reside en "las prisas de grandes compañías y gobiernos como el de Indonesia, Colombia, Brasil, Tanzania y Malasia por conseguir un trozo de la tarta". Esta "prisa" amenaza "con desplazar a poblaciones pobres de sus tierras y destruir sus modos de vida; incrementa el riesgo de explotación de trabajadores y pone en duda la capacidad de estas poblaciones de producir o tener acceso a alimentos".

Así, dentro de veinte años, "5,6 millones de kilómetros cuadrados de tierra" (diez veces la superficie de Francia) podrían destinarse ya a biocombustibles en India, Brasil, Sudáfrica e Indonesia, con el consecuente desplazamiento poblacional que supondría, explicó Oxfam.

Muchas de estas personas "acaban en suburbios a la búsqueda de trabajo, otros en las mismas plantaciones que los han desplazado con salarios muy bajos, condiciones miserables y sin derechos laborales. Se discrimina por sistema a las mujeres trabajadoras y a menudo se les paga menos que a los hombres", denuncia la organización.

Según declaró el portavoz de Oxfam Internacional Robert Bailey, "es inaceptable que la gente pobre en los países en desarrollo deban pagar el coste de los intentos dudosos para reducir las emisiones en Europa" ya que "en la escalada por suministrar a la UE y al resto del mundo biocombustibles, la gente pobre está siendo pisoteada" y "las propuestas de la UE, tal como están, agravarán el problema".

CONTEMPLAR EL IMPACTO HUMANO

La organización considera que los biocombustibles deben contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero señala la necesidad de contemplar el impacto humano y medio ambiental que tendrá su implantación. Por ello, demandan a la UE "salvaguardas para garantizar que se protegen los derechos y los modos de vida de la gente en los países productores".

Además, Oxfam advierte que los carburantes de origen vegetal "no son la panacea" porque "incluso si la UE es capaz de alcanzar el objetivo del 10% de manera sostenible, esto sólo recortará un pequeño porcentaje de las emisiones de carbono de un crecimiento total continuado".

El uso de los biocombustibles "debería ayudar a reducir la pobreza creando puestos de trabajo y mercados para los pequeños productores" del Sur, y "suministrando energía renovable barata para uso local". Sin embargo "las enormes plantaciones que están surgiendo para suministrar energía a la UE suponen más amenazas que oportunidades para los países pobres", asevera la organización humanitaria.