Actualizado 29/03/2007 17:05

Los niños de madres en los centros de acogida padecen en un 40 por ciento eneuresis nocturna y trastornos del sueño

VALENCIA, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un informe elaborado por la Universitat de València sobre los hijos de las mujeres acogidas en los centros de Servicios Sociales Especializados revela que casi un 35 por ciento de los menores analizados conviven con la violencia familiar durante los dos primeros años de su vida, periodo que se considera "fundamental" para el desarrollo personal y emocional. Asimismo, se ha detectado que el 40 por ciento de ellos padece eneuresis nocturna, aunque algunos tengan ya 13 años, y se constata una "alta incidencia" --del 40 por ciento-- de trastornos del sueño.

Asimismo, el 25 por ciento de ellos tiene dificultades en la alimentación especialmente, en las primeras etapas de la vida, un 24 por ciento alcanza puntuaciones inferiores a la media en el área adaptativa, que implica una deficiente capacidad para solucionar los problemas de la vida cotidiana y más de un 20 por ciento tiene problemas generalizados en el desarrollo evolutivo.

Los menores objeto del estudio fueron 121 con edades entre un mes y 15 años. El 44 por ciento de sus padres son obreros especializados, un 4,29 tienen formación universitaria, el 13,5 estaba en paro y el 5 por ciento en prisión. Además, el 24 por ciento de los niños había convivido con el maltratador entre un mes y un año, pero el 12 por ciento han vivido la situación de conflictividad durante toda su vida.

Además, casi un 35 por ciento de los menores analizados conviven con la violencia familiar durante los dos primeros años de su vida. Esto les ocasiona graves problemas de autoestima y depresión --un 22 por ciento de los niños superan el punto de corte indicativo de una depresión-- . Paralelamente, el 25 por ciento de estos niños está por encima del punto de corte normativo de inestabilidad emocional y exteriorización de la ira como forma de respuesta en las relaciones interpersonales. mientras que el 17 por ciento no dispone de mecanismos de afrontamiento que incluyan el autocontrol ante situaciones sociales que provocan ira.

El estudio presentado hoy por la investigadora y vicerrectora Vicenta Mestre, y elaborado a raíz de un convenio de Colaboración entre la Fundación de la Comunidad Valenciana frente a la discriminación y malos tratos Tolerancia Cero (Conselleria de Bienestar Social) y la Universitat de Valencia, pone de manifiesto que en el quinquenio 2001-2005 en los Centros de Servicios Sociales Especializados de la Comunidad Valenciana han ingresado un total de 2.354 mujeres.

Además, la mayoría de las mujeres no tiene una titulación básica que le permita acceder a un mercado laboral cualificado, el 68% no tiene estudios primarios o, como mucho, tiene el título de Graduado (30,3%). El porcentaje con titulación media de bachillerato o Formación Profesional supone solo el 28,5%. En el lado opuesto aparece casi el 5% de las mujeres atendidas que cuentan en su haber con una titulación universitaria de diplomada o licenciada. En cualquier caso, durante el período de permanencia en el Centro, casi el 50% de las mujeres logra acceder al mercado de trabajo, lo que produce mayores índices de reinserción e inclusión laboral.

En relación con el país de nacimiento, el 42% de las mujeres son españolas frente al 47% que son extranjeras. De estas últimas, el 4,2% han nacido en países europeos comunitarios, de la Europa de los 15; el resto procede principalmente de países de la Europa del Este (28%), latinoamericanos (23%) y árabes (17%).El 55% tienen un solo hijo/a, 30,8% no tienen hijos/as, en torno al 15% tienen dos o más hijos/as.

Según la opinión de las mujeres evaluadas, sus problemas más relevantes relacionados con su situación son: la falta de trabajo, los problemas emocionales y la dependencia económica. El 74% de la muestra evaluada informan haber recibido simultáneamente maltrato físico y psicológico. La duración media de los malos tratos se sitúa en 4,2 años con un rango que oscila entre 1 mes y 29 años de convivencia con los malos tratos. Además, el 26% de las mujeres informan que el agresor también maltrata a los menores, y un 46% de los agresores tienen antecedentes de violencia con otras compañeras.

Los resultados muestran que las mujeres que se encuentran en los Servicios Sociales Especializados, bien sea por experiencia de maltrato o por riesgo de exclusión social, presentan en porcentajes elevados un cuadro de ansiedad que requiere tratamiento psicológico (Estado de Ansiedad 49%); sintomatología depresiva propia de una depresión moderada o grave (41,7%); síntomas de estrés postraumático, como la experimentación persistente de los acontecimientos vividos (51,9%), evitación de estímulos asociados al trauma (51,8%) y aumento de la activación (dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad, falta de concentración) (51,8%), así como una falta de recursos psicológicos para afrontar la crianza de los hijos: percepción baja de apoyo en la crianza, poca satisfacción en la misma, poca capacidad para ejercer la disciplina con sus hijos y estimularles hacia la autonomía personal y una baja distribución de rol en las tareas domésticas.

Todos estos resultados han servido para confeccionar el Plan de formación dirigido a los profesionales de los Centros de Servicios Sociales Especializados para mujeres víctimas de violencia doméstica y/o con problemas de exclusión social que les dote de recursos y estrategias para tratar los problemas y necesidades que presentan las mujeres y sus hijos/as que acuden a estos Centros ,que se inicia ya el próximo mes de abril .

MEJORA DE LA SEGURIDAD

Por su parte, la consellera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, que reclamó un minuto de silencio en memoria de las dos víctimas mortales recientes en la Comunitat Valenciana "a manos de hombres, por llamarlos de alguna manera", anunció que su departamento está trabajando en un plan específico de mejora de la seguridad de las mujeres "que queremos hacer con el gobierno" central y advirtió de que "no hay que hacer sólo leyes, hay que garantizar que éstas sean posibles".

En este sentido, reclamó que mejore la seguridad de las mujeres "que están en una situación de gravedad y de gran peligro" y solicitó que se pongan a los maltratadores que tienen orden de alejamiento "esos elementos que avisan de que se acerca a la mujer maltratada". También reivindicó "un protocolo específico de seguridad para cada mujer", porque, argumentó, "lo más importante es que no las maten", además de que no las agredan ni las maltraten.

La consellera aportó la colaboración de la Conselleria, pero recordó que "las competencias de interior y de los agentes en las Fuerzas de Seguridad del Estado no las tiene la Comunidad Autónoma". De Miguel indicó que la resolución de este problema está en manos "de toda la sociedad", e hizo hincapié en que cada vez hay más conciencia social y más mujeres que denuncian, que existe una "posición de rebeldía clara" ante esta situación, pero incidió en que hay que llegar a que "no ocurra".

EFECTO LLAMADA

Por su parte, el rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, opinó que se trata de un problema "en el que los jueces tienen mucho que decir y hacer, es verdad, pero una pulsera electrónica no funciona realmente si no tenemos el receptor enchufado", por lo que dijo que este tipo de medidas "no dejan de ser un instrumento", pero recalcó que la respuesta social es "lo más importante".

También se preguntó si habría que hacer una reflexión pública sobre el tratamiento informativo que se da a los casos de violencia de género, y apostó a tratarlos con "prudencia" y "cuidado expreso" porque, argumentó, el "efecto llamada o imitación todavía funciona en este país". Ambos coincidieron en la importancia de evitar que los niños maltratados de conviertan en maltratadores.