Actualizado 11/09/2012 11:39

HRW acusa a las milicias yemeníes de utilizar colegios como cuarteles

Advierte de que el uso militar de las escuelas las convierte en objetivo armado y pone en peligro a alumnos y docentes


MADRID, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Ejército de Yemen, las milicias tribales y los grupos armados de oposición han utilizado colegios de Saná y de otras localidades del país como cuarteles, puestos de control, campos de tiro, arsenales e incluso centros de detención y tortura, poniendo con ello en peligro a estudiantes y profesores y agravando aún más uno de los sistemas escolares más deficientes del mundo, según ha denunciado Human Rights Watch (HRW).

La organización ha hecho público este martes un informe en el que recoge con detalle las ocupaciones de colegios en la capital durante las revueltas de 2011 y 2012, que pusieron fin al régimen del presidente Alí Abdulá Salé después de 33 años en el poder. Asimismo, denuncia que tanto los rebeldes chiíes 'huthis' como las milicias suníes de Ansar al Sharia (vinculada a Al Qaeda) han hecho lo mismo en el norte y en el sur de Yemen, respectivamente.

En Saná, las fuerzas de seguridad del Gobierno, las milicias tribales y los grupos de oposición ocuparon escuelas, "poniendo en riesgo la vida y la educación de decenas de miles de estudiantes", y utilizaron estos centros "como cuarteles, bases y puestos de control y de tiro".

Aparte, según HRW, "las escuelas también sirvieron para que los soldados escondieran armas y municiones, detuvieran a prisioneros y, en algunos casos, aplicaran torturas o cometieran otros abusos dentro del perímetro o en los edificios de estos establecimientos".

Esta situación, según Human Rights Watch, se produce en un país que presenta "los índices de alfabetismo más bajos de Oriente Próximo y se ubica entre los países con niveles de escolaridad más deficientes del mundo".

En marzo de 2012, Human Rights Watch visitó 19 escuelas en Saná que habían sido ocupadas tanto por fuerzas del Gobierno como por las milicias de la oposición. En ocasiones, los combatientes habían tomado completamente las escuelas, pero en la mayoría de los casos únicamente habían ocupado una parte de los establecimientos, "mientras los docentes y los alumnos intentaban continuar las clases a poca distancia de donde se encontraban estos hombres armados".

Una visita posterior efectuada en julio de 2012 permitió comprobar que las fuerzas armadas se habían retirado de todas las escuelas, excepto de una. A mediados de agosto, los militares ya se habían retirado del colegio Asmaa, un establecimiento de educación secundaria femenina próximo a la Plaza del Cambio, un lugar utilizado de manera improvisada por los manifestantes para las protestas.

Mientras los soldados de la Primera División Blindada, una unidad de élite que se rebeló contra el Ejército yemení en marzo de 2011 para apoyar a la oposición, habían ocupado la mayoría de las escuelas visitadas por Human Rights Watch, los soldados del Gobierno y las milicias tribales también habían ocupado y utilizado diversas escuelas en Saná.

OBJETIVO MILITAR

El Derecho Internacional Humanitario "obliga a todas las partes en un conflicto armado a adoptar todas las medidas posibles para minimizar el daño causado a civiles", ha recordado HRW. En este sentido, ha advertido, "las escuelas y otras estructuras civiles no pueden ser atacadas a menos que estén siendo usadas con fines militares".

Por ello, "permitir la entrada de soldados en escuelas que están en funcionamiento expone a los estudiantes y a otros civiles a un riesgo innecesario de ataques" y contribuye a privar a los estudiantes "de su derecho a la educación, reconocido en las normas internacionales de Derechos Humanos".

Los distintos grupos armados, según la organización, intentaron justificar la ocupación de escuelas en Saná señalando que lo hacían para "proteger" a estos establecimientos de la acción de otras fuerzas. No obstante, las investigaciones de Human Rights Watch revelaron que sucedía "exactamente lo contrario": cuando las tropas entraban en las escuelas, éstas se convertían en objetivos militares de las fuerzas enemigas y se ponía en grave riesgo a estudiantes y docentes.

"En el momento mismo en que un grupo de soldados entra en una escuela, ésta se convierte en un objetivo militar y deja de ser un sitio seguro para los estudiantes", advirtió la investigadora sobre derechos del niño de Human Rights Watch y coautora del informe, Priyanka Motaparthy.

Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), las fuerzas armadas y los grupos armados lanzaron ataques contra al menos 82 escuelas en Saná y hasta noviembre de 2011 --poco antes de que Salé firmara el acuerdo de traspaso de poder negociado por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG)-- habían ocupado al menos 54 establecimientos.

RESTO DEL PAÍS

El informe de HRW advierte también de que el uso de los colegios por parte de las fuerzas armadas y de los grupos armados en Saná, y anteriormente en la ciudad de Taiz, "forma parte de un patrón más general de ocupación de escuelas con fines militares que se manifiesta en todo el país".

Los rebeldes 'huthis' en Sada, en el norte del país, también han usado escuelas como bases y varias personas que huían de los enfrentamientos en la provincia de Abyan, en el sur, aseguraron a Human Rights Watch que las milicias vinculadas a Al Qaeda habían utilizado escuelas durante sus enfrentamientos con las fuerzas del Gobierno.

En junio de 2012, UNICEF informó de que Ansar al Sharia había ocupado al menos 52 escuelas en Abyan y que 26 habían sido atacadas durante los combates.