Actualizado 09/06/2008 09:45

Eruditos musulmanes de Egipto critican con dureza la nueva ley de la infancia

EL CAIRO, 9 Jun. (Reuters/EP) -

Los eruditos musulmanes de Egipto criticaron ayer varios aspectos de la nueva ley de la infancia, aprobada el sábado en el Parlamento del país africano ante la oposición de la agrupación conservadora Hermandad Musulmana.

Los eruditos musulmanes aseguraron que la legislación va contra la ley islámica permitiendo que la mujeres registren a sus hijos con su apellido y fijando los 18 como edad mínima para el matrimonio. Bajo la ley anterior, los niños debían adoptar el apellido del padre, incluso si su identidad fuese dudosa.

Existe otra ley que sigue en vigor, a pesar de la aprobación de la nueva ley de la infancia, que permite que las mujeres se casen a los 16 y los hombres a los 18. Sin embargo, en las localidades del campo algunas chicas contraen matrimonio a edades más tempranas.

Mohamed Mujtar al Mahdi, presidente de Sharia Associations, que maneja muchas mezquitas en Egipto, declaró que es "inaceptable" que se nombre a los hijos a partir del apellido de la madre porque va contra un verso del Corán. La frase dice textualmente: "Llamarlos por el nombre de sus padres: es lo más justo a los ojos de Dios".

Por otro lado, los eruditos musulmanes se quejan de que "el Islam permite el matrimonio a cualquier edad que sea adecuada, siempre que la persona que se quiera casar tenga los medios y sus circunstancias le permitan formar una familia". Por ello, Mohamed Rafat Osman, profesor de la universidad religiosa de Azhar, cree que "quienes redactaron la ley intentan transferir la cultura occidental al mundo islámico".

Otro profesor de Azhar, Abdula Samak, explicó que se opone de plano a la implantación de cualquier ley que impida que los padres eduquen con castigos físicos a sus hijos a sus hijos si son necesarios. La ley condena con hasta seis mese de prisión a los padres que dañan a sus niños o no les tratan con dignidad.

Por otro lado, la ley contiene una prohibición sobre la habitual práctica de cortar los genitales a las niñas, conocida como mutilación genital femenina, con una pena de cárcel de hasta dos años.

Varios miembros de la Hermandad Musulmana, la principal fuerza de la oposición en el Parlamento con 87 de los 454 escaños, se pronunciaron contra estos y otros aspectos de la nueva ley en el debate parlamentario.