Publicado 08/03/2022 08:03

"Vino y digitalización, tándem clave para la evolución de la mujer rural"

Raquel Pérez Cuevas, vocal de Consejo Regulador de la DOCa Rioja y bodeguera de Ontañón Familia
Raquel Pérez Cuevas, vocal de Consejo Regulador de la DOCa Rioja y bodeguera de Ontañón Familia - CONSEJO REGULADOR DE LA DOCA RIOJA

   Al igual que en otros muchos sectores de la sociedad europea, en el mundo del vino los perfiles femeninos han ido aumentando su presencia tanto cualitativa como cuantitativamente. Para ser conscientes de esta evolución se hace imprescindible revisar la historia y recordar que, en la antigüedad, el consumo de vino incluso llegó a estar vetado a las mujeres. Una situación que nada cambió tras la caída del Imperio Romano, ya que en Europa fueron las órdenes religiosas las que se encargaron de cultivar los viñedos y elaborar vinos.

   Durante siglos el vino continuó siendo patrimonio en exclusiva de los hombres y no fue hasta el XIX cuando se experimentó un cambio sustancial, momento en el que ciertas mujeres, tras enviudar, comenzaron a capitanear las empresas de sus maridos, haciéndolas grandes y prósperas. En esta época encontramos mujeres fascinantes como Franoise Josephine de Lur-Saluces en Chateau d'Yquem o Alexandrine Pommery y Barbe Nicole Clicquot, para sus respectivas casas de Champagne, entre otras. Fueron verdaderas pioneras. Mujeres valientes que rompieron estereotipos y sirvieron de revulsivo para que los perfiles femeninos se adentraran en el mundo del vino de manera cada vez más notoria e importante.

   La realidad es que hasta no hace mucho tiempo constituía casi una rareza ver una mujer en los primeros años del despliegue comercial, en las exportaciones, en las escuelas de viticultura o enología. Por fortuna, esto ha ido cambiando en las últimas décadas y la presencia femenina es cada vez más diversa dentro del sector; de hecho, cada vez es más frecuente encontrar mujeres viticultoras, enólogas, sumilleres o directoras de exportación.

   Sin embargo, no conviene olvidar que todavía tenemos una asignatura pendiente. Y es que, en el sector del vino, al igual que en muchos otros, ha ido poco a poco apareciendo la figura de la mujer en puestos directivos. En este punto, es importante destacar que el carácter familiar de muchas bodegas está favoreciendo que las mujeres de las nuevas generaciones se incorporen a esos puestos de alta dirección en condiciones de igualdad con los hombres, equiparándolos a ambos, tal y como demanda la sociedad.

   No debemos pasar por alto que la vitivinicultura es uno de los sectores más importantes de la economía agrícola, en el que las mujeres han jugado siempre un papel decisivo, trabajando al mismo nivel que los hombres, puesto que suponía una forma esencial para afianzar las rentas de las familias. En todas esas economías rurales la mujer ha desempeñado una labor fundamental escasamente reconocida. Por poner un ejemplo, raramente se daban de alta en la Seguridad Social, puesto que eso se reservaba para el padre de familia. En definitiva, existía un vacío en el reconocimiento al trabajo silencioso y abnegado de millones de mujeres en el ámbito rural español.

   Afortunadamente, con el tiempo todo ha ido evolucionando y la mujer rural se ha ido incorporando al mercado laboral de forma efectiva y real. Todavía quedan muchas cosas por avanzar, pero la exigencia de nuevas prácticas y la evolución del sector han promovido que las mujeres podamos liderar infinidad de proyectos. Y es que, el sector del vino es más que campo, aunque este sea esencial y las bodegas se localicen en ámbitos rurales. En este sentido, existen nichos de trabajo en todas las esferas de la producción, como enología, calidad o distribución, sin olvidar otros aspectos relacionados con las bodegas como puede ser el enoturismo, la restauración o la actividad de otras muchas de las empresas que trabajan alrededor de las bodegas y que, como proveedoras, se sitúan también en ámbitos rurales.

   Precisamente, en lo que respecta a la evolución de la viticultura y la enología, la innovación es una herramienta clave. Su presencia es esencial en el desarrollo de nuestro sector. A este respecto, las bodegas de Rioja, en general, se han mostrado muy sensibles hacia su paulatina incorporación como eje de referencia en infinidad de procesos. Y eso tiene aún más valor en una región con tanta tradición que, sin embargo, ha hecho bandera de exploración y de búsqueda.

   Es un hecho que la DOCa Rioja siempre ha sido pionera e innovadora. Históricamente ha ido un paso por delante. Por poner algunos ejemplos, tras la filoxera, apostamos por una variedad, el tempranillo, que era sinónimo de calidad. Fuimos también los primeros en salir a vender nuestros vinos en el extranjero y hacerlos mundialmente conocidos. Rioja es la primera Denominación de Origen Calificada de España. La primera en definir la categorización de los vinos según su tiempo de guarda en bodega. La que, para evitar el fraude, exigió que sus vinos solo se pudieran embotellar en origen. La que ha garantizado la autenticidad de sus vinos con una contraetiqueta única.

   Y no todo queda ahí pues, actualmente, en Rioja, seguimos innovando y defendiendo nuestra esencia. En indicaciones como "Viñedos Singulares", "Viñedos de Zona" o "Viñedos de Municipio", pero también en protección del paisaje vitivinícola, en cuidar nuestro viñedo viejo. Tenemos un tesoro y es una obligación ser leal a la tradición apostando cada día por la mejora, por adelantarnos a los acontecimientos para ser la gran referencia del vino en España.

   Es por ese motivo por el que somos, una vez más, referencia en cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías y la digitación en el sector. En unos años hemos asistido a una verdadera revolución digital y las bodegas han incorporado tecnología puntera en todos sus procesos. Prácticas de topo tipo entre las que destacan la viticultura de precisión, la gestión racional del viñedo, los trabajos de bodega con sistemas digitales, trazabilidad, etc... Un sinfín de aplicaciones que dan lugar a elaboraciones cada vez más sorprendentes a las que, además, se suman otras gestiones adicionales como redes internas de comunicación, páginas webs, intranet de bodegas o presencia en medios o redes sociales, así como todos los avances que se han conseguido en el ámbito del enoturismo con la integración del 3D y el uso del QR, por

   poner algunos ejemplos.

   Como era de esperar por su carácter pionero y su siempre apuesta por la diversidad, en toda esta revolución digital la DO Rioja no ha dejado a las mujeres atrás. Todo lo contrario. Desde el primer momento las ha implicado de manera efectiva e igualitaria, permitido con ello la evolución de los perfiles femeninos en las bodegas de Rioja. Lo cierto es que la digitalización es el presente y el futuro. Todo aquel que quiera progresar es necesario que haya interiorizado que la aplicación de las nuevas tecnologías es obligatoria y, además, muy importante. Por ese motivo, la innovación en los procesos de elaboración del vino ha promovido el acercamiento de las mujeres rurales a las herramientas digitales. Y continúa haciéndolo. Para que su posición dentro de los vinos de Rioja siga creciendo y reforzándose.

   Raquel Pérez Cuevas es vocal de Consejo Regulador de la DOCa

   Rioja y bodeguera de Ontañón Familia.

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