MÁLAGA, 4 May. (EUROPA PRESS) -
La delegada territorial de Justicia, Administración Local y Función Pública, Teresa Pardo, ha destacado la labor que realizan los equipos profesionales de los Grupos Educativo de Convivencia (GEC) con los menores infractores que cumplen medidas impuestas por los jueces, en la mayoría de los casos por violencia filioparental, a través de talleres y la intervención con los progenitores.
Pardo ha visitado los tres grupos existentes en la provincia de Málaga. En concreto, uno masculino en Alhaurín de la Torre y dos (uno masculino y otro femenino) en Rincón de la Victoria.
Cada uno de ellos, ha indicado la Junta en un comunicado, cuenta con ocho plazas donde los jóvenes, cuya conducta ha merecido un reproche penal, permanecen durante el tiempo que el juez determina en estos recursos para reconducir su actitud y aprender a convivir, a respetar las normas, a manejar los conflictos, así como a compartir tareas domésticas, adquirir hábitos de vida saludables y rutinas de estudio.
El GEC 'Al Sur' de Alhaurín de la Torre, es gestionado por la entidad Arquisocial. En 2022 pasaron por este dispositivo una decena de jóvenes. Los dos GEC del Rincón de la Victoria, 'María Zambrano' (femenino) y 'Pablo Picasso' (masculino) están gestionados por la asociación Meridianos.
La estancia media fijada por los jueces oscila entre seis y nueve meses y el 80% de los menores infractores derivados cumplen medidas por conductas relacionadas con la violencia filioparental.
Por ello, junto a los talleres genéricos para el desarrollo sociopersonal --en los que los profesionales trabajan con los menores aspectos como la prevención de drogodependencia, alimentación saludable, salud mental, valores sociales y medioambientales, economía doméstica, higiene, orientación laboral, voluntariado y actividades deportivas y de ocio-- el programa educativo de estos dispositivos cuenta con otros más específicos centrados en la dinámica de las relaciones familiares
Por un lado, se trabaja con los menores infractores en la prevención de la violencia, la resolución de conflictos, el control de la agresividad, las normas de convivencia y el respeto a los límites. Pero la intervención contempla también a las familias, a través de programas como la Escuela de padres y madres donde se trabaja con los progenitores herramientas y recursos para que puedan desarrollar adecuadamente sus funciones educativas y socializadoras y superar las situaciones que se puedan producir con sus hijos.
Los Grupo Educativos de Convivencia cuentan con equipo profesionales integrados por psicólogos, trabajadores sociales y personal educativo para el desarrollo de estos programas de intervención con el fin de que tras cumplir la estancia impuesta por los jueces vuelvan a casa con una conducta normalizada.
