Víctima de crimen de Gros de San Sebastián agonizó casi una hora con más de 40 cuchilladas que afectaron órganos vitales

Arranca el juicio por el asesinato de un hombre tras recibir 41 puñaladas en Gros (San Sebastián)
Arranca el juicio por el asesinato de un hombre tras recibir 41 puñaladas en Gros (San Sebastián) - Unanue - Europa Press
Publicado: martes, 1 marzo 2022 13:46

Forenses dicen que el acusado "no tiene ninguna enfermedad mental" y que actúa "sabiendo lo que hace y queriendo hacerlo"

SAN SEBASTIÁN, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

El hombre de 47 años que murió el 14 de marzo de 2020 en el parque infantil de la plaza Cataluña de San Sebastián, donde recibió más de 40 cuchilladas que afectaron a su cerebro, corazón, pulmones, hígado, riñones y bazo, agonizó durante "casi una hora".

En la séptima jornada del juicio por este asesinato, del que se acusa a un hombre de 27 años y origen cubano, que se desarrolla en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, ha comparecido la madre del primer arrestado como sospechoso por estos hechos que quedó descartado; así como médicos forenses. En esta causa también está imputada por presunto encubrimiento la joven que se encontraba con el procesado en la madrugada del 14 de marzo de 2020.

La madre del primer sospechoso ha relatado que aquella noche llamó a la Policía municipal de San Sebastián porque su hijo le había llamado diciendo "que estaba mal, que no quería vivir". "Estaba muy deprimido, había consumido algo y mi marido y yo fuimos a buscarle a Egia, pero no le encontramos". Según ha relatado, tanto él como su marido, padre del chico, estuvieron "toda la noche hablando con él por teléfono" y le encontraron en Txaparrene, en San Sebastián, con autolesiones producidas con un cristal.

La mujer ha señalado que su hijo "no se parece en nada" al acusado, que cámaras de seguridad lo sitúan aquella madrugada en el barrio de Egia y que llevaba aquella noche una capucha de sudadera gris, diferente a la del autor de los hechos, que portaba abrigo con capucha de pelo.

A continuación, han comparecido los dos médicos forenses adscritos a la Clínica médica forense de Gipuzkoa que realizaron el informe de la autopsia de la víctima, cuyo cadáver se encontraba de cúbito supino en la zona de juegos infantiles de la plaza cataluña con las ropas rotas por las maniobras de emergencia efectuadas por los sanitarios, "heridas por arma blanca".

En concreto, un "cuchillo de filo gordo y borde romo, monocortante", es decir, con un filo cortante y el otro no, como los que hay "en las cocinas de las casas"; rasgaduras en la camiseta y jersey compatibles con esas lesiones; así como sangre en el pantalón vaquero. A su lado, una cazadora vaquera y una cartera con una tarjeta de transporte, junto a dos mecheros y tabaco y papel de liar.

Según han indicado, la víctima presentaba un cuerpo extraño dentro del cráneo, "en la región parieto temporal izquierda", la punta del cuchillo empleado en la agresión, habiendo penetrado el mismo "ocho milímetros en la cavidad craneal" y habiendo provocado "una lesión hemorrágica de escasa profundidad" en el cerebro; un total de "28 heridas por arma blanca en la espalda"; otras en el tórax y "tres heridas de defensa" en la mano derecha, en dorso y palma, así como en el antebrazo izquierdo, entre otras lesiones.

Además, han detallado que las heridas en la espalda y tórax se produjeron "en un momento muy corto", mientras la víctima "estaba con vida", como se desprende del "infiltrado hemorrágico" de las mismas, y que las cuchilladas que recibió penetraron la cavidad torácica y abdominal causándole "lesiones en corazón, pulmones, bazo, hígado y riñones".

Se determinó como causa de la muerte "la pérdida masiva de sangre, shock hipovolémico", por heridas "no compatibles" con autolesiones, ni con "hecho fortuito", considerándose, por tanto "homicidio", certificada a las 07.50 horas, "en el momento en el que cesan las maniobras de reanimación", casi una hora después de que se produjera la agresión, sobre las seis de la mañana.

Los forenses también han detallado que la lesión más grande en el cuerpo, en el "cuadrante superior derecho de la espalda hasta el hígado", tenía un "trayecto lesivo en éste de 14,6 centímetros", lo que permite determinar que el arma blanca "puede medir eso o más porque no hay marca de mango en la herida" y una anchura "de 4,4 centímetros o menos, porque se ha podido producir algún movimiento" por parte del agresor o la víctima que ensanche la herida. Sobre el movimiento, han explicado que las agresiones con arma blanca "son muy dinámicas", por lo que "es muy difícil hacer una reconstrucción exacta".

Sí advirtieron heridas en el cadáver con forma de "cola de pez" que se dan cuando víctima o agresor se han movido, de forma que el filo que ha penetrado la piel hace esa forma en la carne. También han explicado que por "las heridas en el dorso lumbar probablemente la víctima se encontrase en una posición inferior o no pudiera moverse de ese lugar".

También han señalado que de los análisis pertinentes se determinó que la víctima tenía una tasa de 2,34 miligramos de alcohol por litro de sangre, es decir, "superior a dos por lo que existía una afectación psicofísica" debido al consumo de esta sustancia, no así consumo de sustancias estupefacientes, "en los últimos tres o cinco días", aunque sí habría tenido "un consumo repetido de cocaína" anteriormente por el análisis del cabello.

Asimismo, se analizó la sangre en la víctima, únicamente perteneciente a ésta, y se realizó un informe criminálistico como las fibras encontradas en sus dedos y uñas sin semejanzas con las de la ropa del acusado.

A continuación han declarado otras dos médico forenses adscritas también a la clínica médico forense de Gipuzkoa para dar cuenta de los informes de las lesiones que presentaba el acusado en las manos, realizados en abril tras su detención; así como del informe psiquiátrico sobre la imputabilidad de los hechos al acusado y su estado mental el día de los hechos.

Según han relatado, el acusado presentaba lesiones "no recientes" en la mano derecha, con arañazos en los dedos y dos "pequeños hematomas" en dos dedos de la mano izquierda, que relató haberse hecho "trabajando de fontanero". Las forenses han señalado que el 12 de mayo intentaron recoger una muestra de pelo del acusado para realizar un informe toxicológico pero no fue posible porque lo tenía "rapado al uno". El 14 de julio sí pudieron tomar muestras del cabello que se remitieron al Instituto Nacional de Toxicología, que determinó que el presunto agresor no había sido consumidor habitual de drogas "en los tres o cuatro meses anteriores" a la prueba.

Por otro lado, han señalado que en la prisión de Martutene estaba tomando por entonces "un ansiolítico", por su "nerviosismo", y se le dió también "un antisicótico para dormir" que él "no quiso tomar". Las expertas han afirmado que el acusado "no tiene diagnóstico psiquiátrico".

Únicamente han indicado que en febrero de 2020 consta en sus antecedentes médicos que tuvo un "brote piscótico" derivado de un "consumo de cocaína", cuando acudió a Urgencias con "ideación paranoide", por "un susto que tuvo por una persona disfrazada" con un hacha en Carnavales que creía que "le iba a hacer daño".

"NINGUNA PATOLOGÍA"

En este sentido, han incidido en que según la evaluación psiquiátrica el acusado "no tiene ningún tipo de trastorno de memoria, pensamiento, ni alucinaciones". A ello han añadido que es una persona "muy irritable e impulsiva", con "poca tolerancia a la frustración" y que "proyecta en los demás sus responsabilidades", algo que se trata de "una forma de ser".

Las forenses han señalado que sí presenta un "trastorno por consumo de cocaína", pero "no tiene ninguna enfermedad mental que pueda influir en sus acciones". Al respecto, ha señalado que "no hay afectación de la capacidad de saber lo que está haciendo y de querer hacerlo", es decir, que "su conducta se realiza sabiendo lo que hace y queriendo hacerlo".

La Fiscalía reclama 25 años de cárcel para el procesado y un año y medio de reclusión para la chica, penas que la acusación particular, que ejerce la familia de la víctima, elevan hasta los 30 años de cárcel para él y los tres para la segunda.

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