PONTEVEDRA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El último boletín del Seminario de Estudios Socioeconómicos de Pontevedra Carlos Velasco apunta que el origen de los incendios que este verano asolaron Galicia debe buscarse en la combinación de un "profundo proceso de abandono del rural" y en la "brusca concentración de la población en torno a las ciudades".
El trabajo, realizado por el equipo que dirige el profesor José Pérez Vilariño, concluyó que los incendios de este verano presentaron como característica novedosa su ubicación periurbana, debido a que "la sociedad actual ha dejado atrás su marcado caracter rural para convertirse en eminentemente urbana", señaló Pérez Vilariño.
El Seminario Carlos Velasco propone abrir un debate sobre las causas que hacen que arda el monte, ir más allá de la mera búsqueda del autor de los fuegos para ahondar en los motivos que favorecieron la oleada de incendios de este verano y su localización en el entorno de zonas habitadas.
El estudio señala que el tratamiento del bosque está siendo inadecuado, cuando no inexistente, y orienta sobre la necesidad de "adaptar estos espacios a la nueve lógica urbano-metropolitana que marca el futuro de Galicia".
El profesor Pérez Vilariño señaló que la apuesta por el pleno desarrollo de los montes periurbanos implica "convertirlos en espacios socialmente útiles y económicamente solventes", definiendo estrategias para sus aprovechamientos y generalizando una cultura forestal correcta, que valore los espacios forestales como "cinturones verdes" que ofrecen energías renovables, contribuyen a la mejora de la calidad ambiental y son una alternativa fundamental de ocio y recreo.
CONCIENCIA SOCIAL
Este trabajo del seminario de Estudios Carlos Velasco entiende que en esa concienciación social está "uno de los factores básicos de la prevención, porque convierte a los ciudadanos en cuidadores de sus bosques".
El equipo técnico del seminario, tras realizar una auditoria sobre los montes periurbanos de Vigo con el objetivo de establecer posibles vías de intervención, concluyó que solo el 28% de la población general y el 17% de los comuneros opinan que los usuarios deben sufragar los gastos de gestión de los montes.
Sin embargo, la mitad de los ciudadanos sí están dispuestos a colaborar en su mantenimiento con aportaciones económicas y trabajo voluntario.
