Sanitarios gallegos participan en un proyecto para preparar a los hospitales europeos en caso de pandemias

Imagen de recurso de una investigadora en un laboratorio.
Imagen de recurso de una investigadora en un laboratorio. - SCRIPPS RESEARCH - Archivo
Publicado: sábado, 21 marzo 2020 15:02

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Profesionales del Servizo Galego de Saúde (Sergas) participan en el proyecto europeo 'Prepare', que investiga cómo preparar a los hospitales del continente para afrontar pandemias como el coronavirus.

   De esta manera, el Sergas aporta su granito de arena desde el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) en la especialidad de investigación biomédica para dar respuesta a los centros hospitalarios e "interpretar la dinámica" de un brote epidémico, es decir, determinar la evolución de la curva de la pandemia y actuar sobre ella.

   La Fundación Ramón Domínguez, que trabaja en el CHUS, es la encargada de llevar a cabo las labores que coordina la Plataforma de Preparación Europea Contra Epidemias (Re)Emergentes ('Prepare', por sus siglas en inglés) y es el único organismo español que participa.

   Esta Plataforma coordina los esfuerzos de diferentes instituciones europeas para proporcionar "una amplia red de socios" que consiga "preparar los centros hospitalarios" ante "emergencias como la actual", que sobrepasa las fronteras sanitarias y que impacta sobre la "infraestructura y la integridad" de la Unión Europea, según expone la propia entidad.

   La colaboración se da entre organizaciones europeas como la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID), oficinas regionales de la Organización Mundial de la Salud, la Universidad de Australia del Oeste, el Instituto Pasteur o prestigiosas universidades como la de Oxford o de Cardiff, entre otras muchas instituciones internacionales.

"RED COORDINADA"

   Todas ellas trabajan bajo la premisa de tejer una red "coordinada" para generar una "rápida respuesta ante nuevas amenazas". Este proyecto establece cuatro modalidades de actuación y el coronavirus se encuentra en la modalidad que requiere una mayor mediación.

   La intervención pertinente en la epidemia de COVID-19 se encuadra en la modalidad de "respuesta", la última que establece este protocolo en vías de desarrollo que lleva trabajando desde 2014 y prevé finalizar en 2021.

   La "respuesta ante una enfermedad infecciosa" que marca el proyecto europeo supone la "implementación del operativo preparado y habilitado" ante un brote epidémico, que se aborda a través de preguntas y circunstancias específicas como la actual.

   Solo tiene previsto aplicarse cuando la amenaza de epidemia es inminente. De esta manera se implementan los estudios epidemiológicos, la investigación clínica y el aprovisionamiento de recursos marcados por las directrices europeas.

PREPARACIÓN Y MOVILIZACIÓN

   Para llegar a este punto, existen tres fases previas de trabajo continuo. La primera de todas las modalidades es la establecida "por defecto" (modalidad cero), en la que la plataforma establece un trabajo de campo, estudio de pandemias y cómo prepararse ante ellas.

   Después aparece la "preparación", que se basa en investigación clínica y en el establecimiento de redes con organismos expertos que puedan aportar información para preparar protocolos de actuación clínica.

    El siguiente estadio habilitado es el de la "movilización" de recursos y el conocimiento para poder "reaccionar" ante una enfermedad infecciosa "si es necesario y cuando sea necesario". Luego aparece la modalidad de respuesta, como resultado de todo lo anterior.

MOMENTO DE ACTUAR

   Hasta el momento se trabajaba en un escenario que permitía la elaboración de protocolos, ya que no existía una amenaza de pandemia en Europa. Sin embargo, la aparición del coronavirus pone a prueba estos proyectos a los que la Unión Europea destina confianza, materiales e importantes recursos económicos.

   En concreto, el Sergas recibe una partida de 347.400 euros de un presupuesto total de la UE que asciende a 23.992.375 euros, repartidos entre las diferentes instituciones participantes.

   Con este tipo de trabajos de investigación --que se constituyen lentamente y perduran en el tiempo-- se trata de conseguir un "nuevo modelo de colaboración" que busca "proporcionar" una "única" fórmula para la creación de políticas y los sistemas de salud pública que protegen a la ciudadanía.

   Una labor que se fragua en silencio y durante años para poder reaccionar en situaciones como la actual, que pone a prueba los sistemas y la integración de una institución como es la Unión Europea en general, y la sanidad pública de cada país en particular.

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