El proyecto estratégico 'Tanca el cercle' despierta interés internacional

PALMA, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

El proyecto estratégico 'Tanca el cercle' ha despertado interés internacional, durante el I Foro Internacional Ecoislas, en marco del que el Consell de Mallorca ha explicado el proyecto.

Según ha informado el Consell este viernes en una nota de prensa, la vicepresidenta y consellera insular de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Aurora Ribot, y el director insular de Residuos, Juan Cruz Carrasco, participan en el I Foro Internacional Ecoislas que se celebra en Gran Canaria. El encuentro Ecoislas cubre cuatro grandes áreas temáticas, la economía circular y azul; la energía, el agua y la movilidad; la adaptación al cambio climático; y el turismo regenerativo.

La consellera insular de Medio Ambiente ha hablado en la sesión introductoria que llevaba por nombre 'Ecoislas: el reto del futuro', junto con Inés Miranda, consejera de Política Territorial y Paisaje del Consejo de Gran Canaria. Ribot ha hecho un repaso a los temas relacionados con los residuos pero también con energía, los límites en el turismo y la movilidad, entre otros.

Por su parte, Carrasco ha participado en la conferencia 'Economía circular y economía azul: buenas prácticas en la economía circular en las islas'. El director ha compartido mesa redonda con Ana Fernández, experta en economía circular (Greening The Islands) y Cláudia Sá, técnica superior de la Dirección Regional de Medio Ambiente y Cambio Climático de Madeira.

El director ha expuesto los principales ejes del proyecto 'Tanca el cercle', plan estratégico para el cierre del círculo de la materia orgánica en la isla de Mallorca. Valorado en cerca de 200 millones de euros, el proyecto tiene relación directa con varios objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y prevé la construcción de cinco plantas de tratamiento de materia orgánica que se ubicarán en Llucmajor, Marratxí, Santa Margalida, Calvi y Felanitx.

La primera de las plantas en construirse será la de Llucmajor, que ha recibido ya los primeros fondos europeos. En concreto, ascienden a 4,9 millones de euros de la partida para turismo sostenible, que serán íntegramente destinados a la planta de orgánica de Llucmajor. Y se podrá generar compuesto ecológico que se comercializará a precio público. Con las plantas se afrontará la contradicción que supone disponer de grandes cantidades de materia orgánica que no se utiliza para generar compost.

Sobre su participación en el I Foro Internacional Ecoislas, la consellera insular de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha agradecido la invitación y ha destacado que "es un orgullo poder contar las iniciativas que se están llevando a cabo en Mallorca para caminar hacia la sostenibilidad y que expertos internacionales se interesen por las políticas de economía circular en las que se trabaja".

"Conocer de primera mano distintas experiencias de gestión es muy enriquecedor y nos anima a seguir apostando por una gestión valiente de los residuos en un territorio finito. Debemos convertirnos en ecoislas, si queremos alcanzar los logros marcados en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)", ha añadido la consellera insular.

El director insular de Residuos, Juan Cruz Carrasco, ha valorado muy positivamente su experiencia y ha explicado que "es muy necesario poder detallar la estrategia que supone el proyecto 'Tanca el cercle' y la posibilidad de tratar toda la materia orgánica de Mallorca y ver cómo otros territorios adoptan políticas similares en esta materia. El reto de la materia orgánica es el único círculo que se puede cerrar en Mallorca y por eso es tan importante contar por qué este proyecto ha sido declarado estratégico por el Govern balear y de interés general por el Consell de Mallorca".

Para el Consell, el proyecto 'Tanca el cercle' supondrá "un paso adelante" en muchos sentidos, debido a que "supondrá hacer más fuerte el sector primario mallorquín, aumentar la resiliencia y disminuir la dependencia de las importaciones, gracias a que se ofrecerá compost a precio público; reducir emisiones asociadas a la importación de compost, aproximadamente 8.395,92 toneladas de CO2 emitidas al año; abaratar costes para los ayuntamientos gracias a la distribución territorial de las plantas, ya que hoy toda la orgánica debe llevarse hasta Son Reus y reducir también las emisiones asociadas a estos trayectos y cerrar el círculo de la materia orgánica en Mallorca, dejando de incinerar materia orgánica y aumentando la soberanía alimentaria".