KABUL, 28 Feb. (EP/AP) -
Los 17 reclusos heridos durante una rebelión en la principal prisión de Kabul fueron trasladados al hospital junto con los cuerpos de los cuatro presos fallecidos, después de que los reclusos accedieran acabar con dos días de disturbios ayer, según informaron hoy las autoridades afganas.
Las autoridades restablecieron ayer el suministro de agua, electricidad y alimentos a los prisoneros tras lograrse avances en las negociaciones. Un camión cisnerna con agua y otro vehículo cargado de patatas y arroz entraron hoy en el recinto. Las autoridades habían cortado los suministros el domingo por la noche a los cerca 2.000 reclusos, incluidas mujeres y sus hijos, pese a que la violencia ha sido atribuida sólo a unos 350 presos talibán y de Al Qaeda.
El comandante del Ejército afgano a cargo de la seguridad de la prisión de Policharki indicó hoy que no se habían producido actos de violencia desde anoche. "Todo está completamente tranquilo", declaró el general Zamarai. "Incluso hablé y bromeé con algunos prisioneros esta mañana", añadió.
Los presos todavía controlan las principales alas de la cárcel, pero han dejado de intentar salir de sus celdas a los patios, donde la Policía y los soldados han tomado posiciones, precisó. Según Zamarai, 17 de los heridos fueron trasladados a un hospital en el centro de Kabul para recibir tratamiento. Según las autoridades, un total de 38 personas resultaron heridas. Entre los cuatro fallecidos figuran un paquistaníy un tayiko.
La violencia había estallado el sábado por la noche después de que los presos se negaran a ponerse los nuevos uniformes, enviados en respuesta a la fuga el mes pasado de siete presos talibán que se habían vestido como visitantes. Policharki fue construida en los años 70 y se ha hecho famosa por sus duras condiciones y su superpoblación, pero está siendo renovada ante la llegada esperada de 110 presuntos terroristas afganos este año desde el centro de detención estadounidense en Guantánamo (Cuba).
