Soldados en Rajine, Birmania
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Actualizado: lunes, 4 septiembre 2017 1:23

MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las autoridades de Birmania han reclamado este domingo a los residentes musulmanes del estado de Rajine que ayuden en las operaciones contra milicianos rohingya en la zona, que han dejado al menos 400 muertos.

"Se ha pedido a través de altavoces a los residentes islámicos en Maungtaw que cooperen con las fuerzas de seguridad en la búsqueda de terroristas extremistas del Ejército de Salvación Arakan Rohingya (ARSA) y que no supongan una amenaza ni porten armas cuando las fuerzas de seguridad entren en sus localidades", ha indicado el diario estatal 'Global New Light of Myanmar'.

El diario ha recogido además casos de "cooperación activa" por parte de los residentes, afirmando que en Maungni un grupo de civiles detuvo y entregó a dos presuntos miembros del ARSA, declarado recientemente como un grupo terrorista.

Las autoridades del país asiático han pedido además a los residentes del estado de Rajine que "no difundan rumores con la intención de causar un mayor conflicto".

Los enfrentamientos comenzaron el 25 de agosto, cuando varios milicianos del ARSA --un grupo armado conocido anteriormente como Aharak al Yaqin que fue creado por los rohingya exiliados tras la crisis de 2012-- atacaron varios puestos policiales y una base militar en Rajine.

En respuesta, el Ejército birmano puso en marcha "operaciones de limpieza" para dar con los insurgentes rohingya. Los militares han evacuado a la población no musulmana de Rajine y ha registrado casa por casa en busca de supuestos milicianos entre esta minoría étnica y religiosa.

Las fuerzas birmanas han indicado que al menos 370 insurgentes rohingya, 13 uniformados, dos funcionarios y 14 civiles han muerto a causa de esta ola de violencia, lo que la convierte en la peor que ha vivido el país asiático en las últimas décadas.

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

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