GINEBRA, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ONU pidió ayer al Gobierno colombiano que cumpla con su obligación de proteger a los civiles después de que 200 indígenas de la etnia Awá, muchos de ellos en pésimas condiciones sanitarias, fueran obligados a abandonar su comunidad tras la masacre de 17 personas de su etnia que murieron asesinados a manos de los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Dos miembros del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Colombia llegaron ayer a los poblados de Samaniego y Buenavista donde los Awá han decidido asentarse, a pesar de ser una zona con infraestructuras limitadas y donde hay escondidas minas terrestres.
"Las autoridades de Awá han pedido que todos los desplazados sean alejados de la zona lo antes posible y trasladados a un lugar más seguro, donde la comunidad pueda organizarse", aseguró el portavoz de la ACNUR, Ron Redmond.
En rueda de prensa desde Ginebra, Redmond destacó que a pesar del esfuerzo de las autoridades por llegar a la zona de la masacre, hasta el momento ninguna institución estatal ha conseguido entrar en el área, por lo que los cuerpos de los 17 indígenas muertos todavía no han sido encontrados. En ese sentido, recordó que ACNUR quiere que se inicie una investigación judicial para esclarecer los hechos.
