JERUSALÉN, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los disturbios protagonizados por miembros de la corriente Toldot Aharón, una de las más radicales del Judaísmo, continúan produciéndose en Jerusalén en protesta por la detención de una mujer de su comunidad, sospechosa de haber dejado de alimentar a su hijo de tres años.
Junto con el arresto de la mujer, que ha generado la ira de los Toldot Aharón, que se declaran antisionistas y buscan llevar una vida sin la más mínima intervención del Estado, se han generalizado las manifestaciones por la apertura los sábados, día sagrado para los judíos, de un aparcamiento público en la Ciudad Vieja.
Varios manifestantes se concentraron esta tarde en la puerta del aparcamiento para impedir la entrada. Dos personas resultaron heridas cuando lanzaron piedras contra su coche, según informan los medios locales. Mientras, un ultraortodoxo fue detenido después de que se tumbara en medio de la calle y se negara a levantarse.
Las protestas de los ultraortodoxos de Toldot Aharón se originaron el mes pasado, cuando el Ayuntamiento de Jerusalén decidió abrir los sábados, y de forma gratuita, a toda la población un aparcamiento inicialmente privado. La detención de la mujer sospechosa de no alimentar a su hijo ha aumentado las tensiones.
A pesar de que el tribunal ha puesto a la mujer bajo arresto domiciliario, y no ha decretado prisión provisional como pedía la Fiscalía, la violencia siguió llenando anoche las calles de la ciudad, donde pequeños grupos de ultraortodoxos continuaron atacando coches y mobiliario público con piedras para denunciar el arresto de la mujer. La Policía llegó al lugar cuando los manifestantes tiraban piedras contra piedras y semáforos, informa la prensa local.
A pesar de todo, los hechos más graves ocurrieron la noche del jueves al viernes, cuando los disturbios se saldaron con 18 policías heridos, 34 manifestantes detenidos y otros 20 interrogados.
Un tribunal de Jerusalén decidió este viernes, después de una vista de unas tres horas, la puesta en libertad de la madre, aunque deberá permanecer bajo arresto domiciliario hasta este domingo, cuando será sometida a un examen psiquiátrico. En los próximos días las autoridades hablarán con sus hijos para continuar con la investigación.
El viceministro de Sanidad, Jacob Litzman, llegó a ofrecer ayer su propia casa para acoger a la mujer y fue él quien pagó la fianza de 400.000 nuevos shekels (unos 72.800 euros). Al parecer, la sospechosa padece el síndrome de Munchausen, una enfermedad psiquiátrica que se caracteriza por inventarse y fingir dolencias (o incluso provocárselas a sí mismo) para llamar la atención de los médicos y ser tratado como un enfermo.
La mujer llevó a la hambruna a su hijo de tres años hasta el punto en que éste sólo pesaba siete kilos antes de que los hechos salieran a la luz. Según los medios israelíes, la sospechosa no está colaborando con los investigadores de la Policía.
El hijo de tres años de la mujer había sido ingresado en hospitales hasta siete veces en los últimos dos años antes de que los médicos decidieran esta semana avisar a las autoridades ante el presunto maltrato de la madre. De hecho, las cámaras de los centros habían grabado a la mujer desconectando a su hijo de la sonda de alimentación.
