Crónica ONU.- El escándalo Petróleo por Alimentos provoca la segregación de la australiana AWB y sospechas sobre BHP

Actualizado: miércoles, 29 noviembre 2006 12:18

El grupo minero BHP dice no haber vulnerado la legislación australiana

CANBERRA, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

El escándalo de corrupción sobre la venta ilícita de petróleo iraquí durante la vigencia del programa Petróleo por Alimentos ha provocado la segregación de la compañía australiana AWB y una purga en su seno, así como sospechas en torno a la compañía minera del mismo país BHP Billiton, que se ha defendido diciendo que en ningún momento vulneró la legislación australiana.

En un comunicado, el consejero delegado de AWB, Brendan Stewart, dijo lamentar "profundamente" el pago de millones de dólares por parte de directivos de la compañía al ex presidente Sadam Husein entre 1999 y 2004, y anunció la división del grupo en dos nuevas empresas.

El consejo de administración de AWB realizará "cambios significativos" para evitar que estas prácticas vuelvan a producirse y para "recuperar la confianza del sector exportador", explicó el consejero de la compañía, que ejerce una posición de monopolio en su país.

Por lo pronto, AWB contará con un nuevo director de gestión, Gordon Davis, y un nuevo equipo directivo que revise las prácticas de gobernanza del grupo y sus protocolos de actuación en el extranjero. Davis, señaló Stewart, se ha implicado en un "cambio cultural" que afectará a todos los niveles de la empresa, desde la formación hasta la promoción de cargos y contratación de personal.

Además, AWB someterá a votación ante sus accionistas la separación del grupo en dos nuevas empresas, AWB Limited y AWB International para facilitar el proceso de transición. Una vez aprobado el 'split', el propio Stewart presentará su dimisión.

El Programa Petróleo por Alimentos, promovido por la ONU, estaba valorado en unos 60.000 millones de dólares (45.800 millones de euros) y tenía como fin permitir a Irak la compra de alimentos y otros productos de primera necesidad a cambio de la venta controlada de crudo. De esta forma, el país respondía a las necesidades de sus ciudadanos y no vulneraba las limitaciones impuestras tras la invasión de Kuwait en 1990.

El programa concluyó en 2003, con la invasión del país por Estados Unidos, pero el escándalo no se conoció hasta comienzos de 2004, cuando se divulgó una lista de 270 directivos de empresas, funcionarios de la ONU y responsables políticos que recibieron ingresos ilícitos a través del intercambio de petróleo por alimentos.

BHP, EN ENTREDICHO.

Por otro lado, también hoy, el grupo minero australiano BHP Billiton dio a conocer los resultados de su investigación interna sobre presuntas prácticas irregulares bajo el mismo programa humanitario y, en concreto, los ingresos recibidos por su división petrolera a cambio de cereal en 1996.

Esta investigación fue encargada el 19 de enero por el consejero delegado de la compañía, Chip Goodyear, que se comprometió a informar de forma transparente de cualquier presunta irregularidad. Tras recibir los resultados, el directivo aseguró que "BHP y BHP Petróleo cumplieron con la ley australiana y con las sanciones de la ONU", ya que no hubo "indicios adversos en contra de la compañía".

La compañía había sido citada por una comisión encargada de investigar las irregularidades en el programa. Uno de sus directivos, Norman Davidson Kelly, se encontraba entre los doce sospechosos de haber participado en sobornos de hasta 220 millones de dólares (170 millones de euros) pagados por AWB a Sadam Husein.

El nombre de BHP fue asociado con el escándalo tras la sospecha de que su filial BHP Petróleo pagó 5 millones de dólares (3,8 millones de euros) por enviar un cargamento de cereal de AWB a Irak en 1996, con el objetivo de ganar la confianza del régimen y acceder a sus yacimientos petrolíferos.

Cuatro años después, Tigris Petroleum, con sede en Gibraltar y fundada por el ex directivo de BHP Davidson Kelly, fue encontrado sospechoso de intentar recuperar este dinero a través de un esquema fraudulento en el que acordó con AWB inflar el precio del cereal que se cargaba a las cuentas del programa humanitario.

PROGRAMA PETRÓLEO POR ALIMENTOS.

Tras conocerse la existencia de cientos de personas implicadas en el escándalo, el Senado estadounidense acusó a Sadam Husein de haber ingresado 17.300 millones de dólares (13.200 millones de euros) a través de este fraude, de los que 4.400 millones de dólares (3.350 millones de euros) se lograron a través de compañías.

La ONU quedó dañada por el escándalo, no sólo por ser la creadora del programa, sino también porque algunos de sus funcionarios estuvieron implicados en el mismo. Incluso, el hijo del secretario general de la organización supranacional, Kojo Annan, fue investigado por recibir pagos de una compañía con sede en Suiza.