Crónica Turquía.- La Constitución española, modelo para la nueva Carta Magna "civil" que se prepara en Turquía

Actualizado: viernes, 31 agosto 2007 15:09

El levantamiento de la prohibición de llevar el velo en las universidades sería el cambio más polémico del nuevo texto

ESTAMBUL (TURQUIA), 31 Ago. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -

La Constitución española de 1978, especialmente el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones, será tomada como referencia para la elaboración de una nueva Carta Magna en Turquía, una de las principales promesas del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (el islamista moderado AKP) en las elecciones legislativas del 22 de julio.

La actual Constitución turca data de 1982, cuando el país euroasiático estaba regido por una junta militar. El deseo del AKP es remozarla casi por completo y redactar una nueva, de corte "civil", "liberal" y "moderna", y que cuente con el mayor consenso posible.

Según el ex ministro de Justicia y actual viceprimer ministro, Cemil Çiçek, el objetivo final es que Turquía tenga "la Constitución más civil y democrática" de toda su historia, además de "conforme a los estándares europeos". Asimismo, será un texto "simple y de fácil comprensión", con más artículos que la anterior Carta Magna pero también más "claros y concisos".

Para ello, la Constitución española se erigirá en un ejemplo a seguir, sobre todo por su artículo 2, que a la vez que establece la indisoluble unidad de la nación, reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

No obstante, en opinión de expertos como el diplomático turco retirado Akin Ozcer, el modelo autonómico español no es aplicable a Turquía por el fuerte sentimiento de pertenencia nacional que impera en este país, lo que hace imposible lograr un amplio consenso. Ozcer publicó a principios de año 'Cogul Ispanya' (España plural), en el que compara el proceso de democratización de Turquía con la evolución política en España desde la Transición.

"No existe el consenso suficiente en Turquía para la adopción de un Estado autonómico (...) Es una cuestión muy delicada y un remedio sin eficacia, porque el artículo 2 de la Constitución española no ha podido mantener la simetría prevista haciendo una distinción clara entre regiones y nacionalidades (...) Es cierto que el sistema español se ha convertido en un sistema federal no declarado, pero éste no ha bastado para resolver definitivamente el problema de las nacionalidades periféricas", valora en declaraciones a Europa Press.

En el caso de Turquía, "el problema de las nacionalidades periféricas" al que se refiere Ozcer está relacionado directamente con la cuestión kurda y el terrorismo separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). "La ineficacia de la Constitución española para cerrar definitivamente el asunto del separatismo constituye además su punto más débil. Para ser realista, no habrá consenso para adoptar el sistema español en un país donde el nacionalismo representa al menos el 35% de los sufragios en su Parlamento", considera Ozcer.

"Lo cierto es que la adopción de una nueva Constitución no basta para resolver definitivamente el problema del terrorismo separatista. Hay que adoptar al mismo tiempo una nueva política antiterrorista, basada en el modelo de Ajuria Enea y reconociendo en principio el derecho a la política legal a cambio del abandono definitivo de las armas. Lo que puede suponer, con un poco de sentido común, la disolución de la banda armada, al ejemplo de la ETA político-militar de los años 80", apostilla.

CONSENSO

De momento, ya se está elaborando un borrador que estará listo a finales de septiembre, según anunció esta semana el vicepresidente del AKP, Dengir Mir Mehmet Firat. El borrador "será presentado a todas las autoridades de Turquía en octubre, noviembre o diciembre. Esperamos que tengamos la oportunidad de llevarla al Parlamento el próximo año", dijo. A continuación, el nuevo texto será sometido a referéndum para que el pueblo turco lo apruebe o rechace, adelantó recientemente el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.

En opinión de Çiçek, la nueva Constitución turca será el producto del "trabajo de los parlamentarios, no de Gobiernos". "Haremos un borrador de Constitución no para el AKP, sino para todos los partidos. El AKP prepara un texto que servirá como base para futuras discusiones. El texto estará abierto a la crítica y a las ideas de todos. Se buscará el apoyo de partidos políticos, ONG, organizaciones profesionales y universidades", explica.

El plan de los islamistas moderados de dotar a Turquía de una Constitución "civil" es una idea que comparten, prácticamente sin fisuras, dos importantes formaciones políticas con representación parlamentaria: el Partido de Acción Nacionalista (MHP, ultranacionalista) y el Partido de la Izquierda Democrática (DSP, socialdemócrata).

Sin embargo, el principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, nacionalista y laico) ha supeditado su apoyo a que se levante la inmunidad de la que hasta ahora gozan los diputados y ministros turcos. Mientras, el prokurdo Partido de la Sociedad Democrática (DTP), con una veintena de parlamentarios, desea que la nueva Carta Magna acepte las "diferencias étnicas", lo que significa que habría que enmendar el polémico artículo 66 sobre la "nacionalidad turca", y se reconozcan los derechos culturales del pueblo kurdo, como recibir la educación en su lengua.

PUNTOS POLÉMICOS

Aunque todavía se desconoce el contenido del borrador de la nueva Constitución, numerosos expertos y la prensa local llevan varias semanas especulando sobre los principales cambios que introducirá, muchos de los cuáles son muy polémicos. Al respecto, Erdogan ha adelantado que no hay ninguna razón para "tener miedo" de la futura Carta Magna, ya que "los cuatro primeros artículos seguirán siendo los mismos". De entre ellos, el más controvertido es el artículo segundo, según el cuál la República de Turquía es "leal al nacionalismo de Atatürk", el fundador de la Turquía moderna en 1923.

Entre las previsibles novedades que incluirá la nueva Constitución figuran la sustitución del término "turco" por el de "ciudadano turco", que los militares podrán ser juzgados por tribunales civiles, que se disminuirá el peso y la influencia del Consejo Nacional de Seguridad (MGK), que se recortarán los poderes del presidente de la República y que se abolirá el Consejo de Educación Superior de Turquía (YÖK).

Sin embargo, el cambio del que más se habla en Turquía en estos momentos es del que podría eliminar la prohibición de llevar el pañuelo islámico en las universidades. Para ello se introduciría una cláusula en el artículo 42 que rezaría: "No se puede frenar la educación de nadie por la ropa que lleve". A día de hoy, ninguna mujer puede entrar en un campus universitario o en un edificio público turco ataviada con un pañuelo.

La cuestión del velo es una de las más sensibles en Turquía, más aún con la llegada a la Presidencia de la República del islamista moderado Abdulá Gül, cuya esposa Hayrünnisa es una firme defensora de la prenda. No obstante, un reciente sondeo reveló que el 75% de la población no ve ningún problema en que la primera dama lleve el velo, mientras que para un 23% sí que lo es, en la medida en que es interpretado como un símbolo del peligroso ascenso del Islam político.