MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Cuba ha convocado este lunes al encargado de negocios de Estados Unidos para trasladarle personalmente su malestar por lo que considera una "conducta injerencista" por parte de la Embajada, que el domingo instó a las autoridades de la isla a responder a las quejas de las personas que se habían manifestado en varias ciudades tras la sucesión de apagones.
La Embajada de Estados Unidos en Cuba instó al Gobierno cubano a que "respete los Derechos Humanos de los manifestantes y atienda las necesidades legítimas del pueblo cubano". "Somos conscientes de los informes de protestas pacíficas en Santiago, Bayamo, Granma y otros lugares de Cuba, con ciudadanos que protestan por la falta de alimentos y electricidad", indicó.
Para el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, este tipo de mensajes no cumplen "los estándares mínimos de decencia y honestidad que se esperan de una misión diplomática". Considera que, si a Washington le preocupara el bienestar del pueblo cubano, levantaría el "bloqueo" y sacaría a La Habana de la lista de patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado.
Así se lo ha trasladado también personalmente el viceministro Carlos Fernández de Cossío al encargado de negocios estadounidense, Benjamin Ziff, al que se le ha recordado que una Embajada debe abstenerse de comentar "asuntos internos de la realidad cubana", según un comunicado del Ministerio de Exteriores.
El Gobierno de Cuba considera que Estados Unidos tiene "responsabilidad directa" en una situación económica dentro de la isla que las propias autoridades reconocen como "difícil", marcada entre otras cosas por "la depresión e insuficiencia de abastecimientos y servicios esenciales".
"Se repudió el empeño ostensible del gobierno de los Estados Unidos en limitar y obstaculizar cada esfuerzo del Estado cubano por encontrar soluciones y dar respuestas las necesidades económicas y sociales del país", reza la nota del Ministerio, difundida tras el encuentro y en la que se habla incluso de un "plan desestabilizador" orquestado desde Washington.
