WASHINGTON, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno estadounidense denunció ayer el golpe de estado militar en Tailandia e insinuó que la ayuda de Washington, la cooperación militar y la mejora en las relaciones comerciales podrían correr peligro.
"No tiene justificación. Es un retroceso para la democracia", señaló el portavoz adjunto del Departamento de Estado norteamericano, Tom Casey, agregando que los programas de ayuda estadounidenses para Tailandia van a ser revisados. En su opinión, "lo más importante es ver que se reestablezca el orden constitucional lo antes posible".
Mientras, en la Casa Blanca, el portavoz Tony Snow indicó que las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio con el país asiático dependen de que se restaure la democracia. "Esperamos que quienes lo orquestaron cumplan, y con rapidez, (su promesa) de restaurar la democracia", apuntó Snow.
Finalmente, un portavoz del Pentágono, el coronel del Ejército Gary Keck afirmó que las autoridades estadounidenses están "analizando las ramificaciones legales y de aplicación de políticas" que tiene el golpe en las relaciones entre Bangkok y Washington, que son amplias y se remontan a hace muchos años.
