MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El emir de Kuwait, el jeque Nauf al Ahmed al Sabá, ha reclamado este lunes al príncipe heredero, Mishal al Ahmed al Jaber al Sabá, que asuma "algunas tareas constitucionales", sin dar explicaciones acerca de los motivos de esta decisión.
El ministro de Asuntos del Palacio de Emir, Muhamad Abdulá al Mubarak al Sabá, ha indicado que el emir ha pedido al príncipe heredero que asuma estas competencias "de forma temporal", según ha informado la agencia estatal kuwaití de noticias, KUNA.
Las autoridades kuwaitíes no han detallado los motivos de la medida en torno a las atribuciones del emir, de 84 años, que en el pasado ha sido adoptada en relación a motivos de salud, tal y como ocurrió en 2020 con su predecesor, Sabá al Ahmad al Sabá.
El Gobierno kuwaití confirmó en marzo que el emir había viajado a Estados Unidos para realizarse unas pruebas médicas no especificadas. La Casa Real kuwaití es reacia a informar sobre asuntos de salud y en el pasado ha dado poca información sobre este tipo de asuntos.
El emir kuwaití aceptó el domingo la dimisión del Gobierno, presentada el 8 de noviembre por el primer ministro, el jeque Sabá al Jalid al Sabá, durante una reunión en Dar Al Yamama, el Palacio Real, en medio de un bloqueo político que ha provocado la caída de dos ejecutivos en lo que va de año.
El Gobierno kuwaití fue formado en marzo tras la dimisión de Al Sabá y todo su Ejecutivo en enero, si bien la oposición ha seguido exigiendo su comparecencia para abordar la gestión de la pandemia de coronavirus y diversos casos de corrupción, bloqueando todo trabajo legislativo.
La dimisión del Gobierno en enero tuvo lugar cerca de un mes después de la formación del Ejecutivo tras las últimas legislativas, las primeras bajo Nauaf al Ahmad Al Sabá, quien asumió el cargo a finales de septiembre de 2020 como sucesor de su hermanastro, el emir Sabá al Ahmad al Jaber al Sabá, fallecido a los 91 años en Estados Unidos.
Kuwait fue el primer país de la región del Golfo en establecer un Parlamento electo en 1963, y si bien celebra elecciones parlamentarias con cierto grado de libertad, el poder sigue estando en manos de la familia gobernante Al Sabá y del emir que nombra al Gobierno.
