España.- Amnistía busca que las compañías españolas asuman las normas de la ONU sobre DDHH como política de empresa

Actualizado: martes, 17 enero 2006 13:20

Aboga por una ley que regule la actuación empresarial en el exterior en esta materia, porque respetar los DDHH "no puede ser voluntario"

MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional ha entablado conversaciones con algunos de los siete grupos industriales más grandes en España, muchos de los cuales operan en el exterior, para que asuman las normas de Derechos Humanos de Naciones Unidas "como política de empresa" y que sus actuaciones en esta materia puedan ser auditadas externamente, "dejando a un lado los códigos voluntarios al respecto", según señaló el director de la Sección Española de la ONG, Esteban Beltrán, en una entrevista concedida a Europa Press.

De los siete grupos --El Corte Inglés, Inditex, Santander, BBVA, Telefónica, Repsol, Endesa, Gas Natural, La Caixa, y Grupo Mondragón-- las conversaciones con el Grupo Mondragón son las más avanzadas y Amnistía asegura que parece haber "una buena predisposición para estudiar las normas de DDHH para empresas de la ONU".

Beltrán insistió en que Amnistía busca conseguir que las asuman "desde el punto de vista positivo", es decir, que las mismas compañías entiendan que tarde o temprano estas normas llegarán a ser obligatorias y que, por lo tanto, "es mejor adelantarse e ir asumiéndolo". Asimismo, subrayó que las compañías han de aprender que no puede haber sólo códigos de conducta voluntarios, porque "hay cosas que no pueden ser voluntarias".

A fin de conseguir que el respeto a los Derechos Humanos sea infranqueable, Beltrán abogó por una ley que regule las actuaciones de las empresas españolas en el exterior en esta materia porque, insistió, su respeto "no puede ser algo voluntario", y apostó porque ese marco legal esté configurado por las normas ya existentes de Derechos Humanos de Naciones Unidas para empresas y aprobadas formalmente por la Subcomisión de la ONU de DDHH.

Al respecto, sentenció que cuando se habla del respeto a los Derechos Humanos "no se puede hablar de voluntariedad" sino que éste debe ser de obligado cumplimiento, tanto para gobiernos como para empresas. "No vale con que las empresas que operan en China sólo respeten la legislación china, porque eso no significa que respeten los DDHH. Para nosotros es fundamental que exista no sólo un código de conducta, debe haber legislación", apuntó.

NO PIDE DESINVERSIONES

En un mundo globalizado, las operaciones de las empresas en el exterior cobran gran importancia, y Amnistía Internacional no busca que las empresas dejen de invertir en países en desarrollo o incluso en aquellos donde se violan los Derechos Humanos, pero sí que las compañías "no cierren los ojos" ante los problemas que afronta el país en el que operan.

"AI no llama a desinversiones en países donde se violan los Derechos Humanos, porque a veces esas cosas tienen impacto en la población civil, pero las empresas no pueden cerrar los ojos", señaló.

En este sentido, insistió en que la base para la estabilidad en un país, "algo que a una empresa le interesa", es el respeto a los Derechos Humanos, y en este aspecto las empresas "podrían aportar mucho". "No puede ser que en el marco de la República Democrática del Congo haya 40 empresas denunciadas por Naciones Unidas. No es posible que los diamantes lleguen a las joyerías manchados de sangre", sentenció.

Este sector extractivo es de especial preocupación para Amnistía Internacional, junto con el sector petrolero. Por lo tanto son las empresas que tienen que ver con recursos naturales las que están en el 'punto de mira' de esta organización. En este contexto, Beltrán explicaba que hay países como Sudán donde el Gobierno bombardeaba zonas ricas en petróleo para que la población quedara desplazada y pudiera ceder los terrenos a las petroleras.

También manifestó su preocupación por empresas de Internet que colaboran con otras que reprimen la libertad de expresión. "Nos acabamos de dirigir a Microsoft expresando nuestra preocupación por colaborar con el Gobierno chino en crear un gran servidor central que haga que al teclear en cualquier parte de China palabras clave, quede registrada tu dirección y URL. Eso no es aceptable", señaló.

Otro de los sectores que puede ser conflictivo al trabajar en países en desarrollo es el textil, aunque Beltrán explicó que se trata de un sector que es investigado por otras ONG y que, por su parte, Amnistía Internacional está más centrada en las empresas que colaboran en el marco de los conflictos armados.

Sin embargo, dentro del sector textil sí hay un 'apartado' que es de especial interés para AI; las maquilas, a las que Beltrán tachó de "Guantánamos para los derechos sociales". "Son zonas libres de derechos y se sitúan en países con dificultades como puede ser Centroamérica", concluyó.