Archivo - El río Níger a su paso por la ciudad de Segou, en Malí. - NICOLAS REMENELE PICTORIUM / ZUMA PRESS / CONTACTO
MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de expertos de Naciones Unidas ha reclamado una investigación independiente en torno a los supuestos abusos de Derechos Humanos y posibles crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Malí por parte de mercenarios del Grupo Wagner, propiedad de un oligarca ruso cercano al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
"Estamos particularmente preocupados por las informaciones creíbles sobre la ejecución de varios cientos de personas que fueron cercadas en Moura, una localidad en el centro de Malí, durante varios días a finales de marzo de 2022", han dicho los expertos, que han indicado que los responsables serían militares malienses acompañados por personal "que se cree que pertenecía al Grupo Wagner". La mayoría de las víctimas eran miembros de la comunidad fulani.
Así, los expertos han manifestado que están "consternados" por "el aparente aumento de la subcontratación de funciones tradicionalmente militares al Grupo Wagner en varias operaciones militares, incluidas algunas descritas como antiterroristas, en Nia Ouro, Gouni y Fakala".
"Malí debe ejercer la máxima vigilancia a la hora de prohibir la participación directa en las hostilidades de individuos privados que operan en su territorio. El uso de mercenarios y actores similares a los mercenarios o las compañías de seguridad privada y militar únicamente acentúa el ciclo de violencia e impunidad que prevalece en el país", han explicado.
En este sentido, han lamentado además que "la falta de transparencia y ambigüedad en torno al estatus legal del Grupo Wagner, sumado a las represalias contra aquellos que se atreven a hablar, crean un clima general de terror y total impunidad frente a las víctimas de los abusos del Grupo Wagner".
Desde 2021, los expertos han recibido numerosas denuncias sobre ejecuciones, fosas comunes, torturas, violaciones, violencia sexual, saqueos, detenciones arbitrarias y desapariciones forzosas a manos de las Fuerzas Armadas malienses y sus aliados en la región de Mopti (centro) y otras partes del país africano.
La junta militar que gobierna en Malí a raíz del golpe de Estado de agosto de 2020 se ha distanciado desde entonces de Francia y ha protagonizado un acercamiento con su nuevo aliado, incluido el despliegue de mercenarios del Grupo Wagner, lo que ha sido denunciado en numerosas ocasiones por países occidentales.
Malí y el resto de los países del Sahel han experimentado un recrudecimiento de la violencia, tanto yihadista de manos de grupos vinculados a Al Qaeda y a Estado Islámico, como de tipo intercomunitario, lo que ha llevado a Francia y a los países del G5 Sahel --que la junta maliense abandonó en 2022-- a incrementar sus operaciones.