MANILA, 1 Feb. (DPA/EP) -
Los restos mortales sin reclamar tras el doble atentado de finales del mes pasado contra la catedral de Nuestra Señora de la Montaña, en el sur de Filipinas, refuerzan la teoría de que fue perpetrado por dos terroristas suicidas, según las autoridades.
El ataque del 27 de enero en la ciudad de Jolo, en el sur del país, ha sido uno de los más graves de los últimos meses en Tailandia. Al menos 22 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en estas detonaciones, presumiblemente ejecutadas por milicianos o simpatizantes del grupo terrorista Abú Sayyaf.
De acuerdo con las investigaciones, la primera bomba hizo explosión en el interior de la catedral y la segunda detonó a la entrada del edificio, cuando la gente comenzaba a huir despavorida.
Ahora, "todos los datos apuntan a que se ha tratado de un doble atentado suicida", según el secretario de Defensa de Filipinas, Delfín Lorenzana, después de que nadie haya reclamado los restos que faltan: los pies, brazos, torsos y cabezas de dos personas, un hombre y una mujer, según el portavoz militar, coronel Noel Detoyato.
"Las partes fueron encontradas en el exterior de la iglesia, esparcidas hasta unos 50 metros de la entrada", según el coronel, lo que coincide con la idea de que la mujer metió uno de los artefactos explosivos en el interior del edificio y luego salió para reunirse con su compañero, que ya tenía su propia bomba activada, para morir los dos en esta segunda detonación.
"Yo creo que eso es lo que ha pasado. Es la clase de restos que pertenecen a gente que estaban demasiado cerca de una explosión como para ser víctimas de atentados.
La Policía ha añadido que la mujer podría haber entrado con su bomba atada a su cuerpo antes de dejarla caer en el suelo de la iglesia porque las fuerzas de seguridad que custodiaban el edificio centraban principalmente su atención en bolsos y mochilas.
