MADRID, 8 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los diputados libaneses han sido incapaces, por novena vez en menos de mes y medio, de elegir al sucesor de Michel Aoun al frente de la Presidencia del país, en un nuevo ejemplo de la absoluta parálisis política que domina el país, con un gobierno dimitido desde mayo y fragmentado por las luchas internas.
Como ya ocurrido en las ocho anteriores ocasiones, los diputados del Movimiento Patriótico Libre de Aoun y el tándem chií Amal-Hezbolá votaron en blanco para luego retirarse de sesión tras la primera vuelta de la votación, con la consiguiente pérdida del quórum necesario para seguir adelante con una nueva ronda.
En la primera vuelta, el presidente debe ser elegido con 86 votos, mientras que en las sucesivas se requiere una mayoría absoluta de 65 votos
Por destacar algo, en esta ocasión se han retirado menos diputados que en otras ocasiones, lo que da a entender cierto hastío con los procedimientos. Una vez más, el diputado y presidente del secular Movimiento de Independencia, Michel Moawad, ha conseguido el mayor número de votos, 37 (el más alto registrado desde el inicio de las votaciones) y solo 39 diputados abandonaron el hemiciclo frente a los 52 de la semana pasada.
Entre los otros candidatos que recibieron votos se encuentran el profesor y respetado académico Issam Jalifé fue aclamado por cinco diputados (contra cuatro la semana pasada) o el exministro Ziyad Baroud, con el respaldo de un parlamentario (por dos del jueves pasado).
En su despedida del cargo el 30 de octubre, Michel Aoun confirmó la entrega al Parlamento de una misiva que oficializaba la renuncia del Consejo de Ministros saliente del primer ministro saliente y rival político, Nayib Mikati, que ha seguido ejerciendo a pesar de haber dimitido desde el final de la anterior legislatura, con la elección en mayo de un nuevo Parlamento.
La misiva supuso un ataque bastante contundente contra las funciones actuales del primer ministro saliente, a quien Aoun acusa de trazar un plan para arrogarse competencias impropias de su cargo y así mantenerse aferrado al poder.
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