MANILA, 15 Dic. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Filipinas ha declarado un alto el fuego unilateral durante los 18 días de Navidad con las guerrillas maoístas, que será empleado para que las fuerzas militares dediquen toda su atención a las tareas de ayuda y reconstrucción tras el devastador paso del tifón 'Pablo' ('Bopha') que ha dejado más de 950 muertos y miles de desplazados.
El Gobierno interrumpe así la lucha contra los rebeldes, en activo desde hace 40 años, que se ha cobrado la vida de más 40.000 personas y aniquilado las posibilidades de expansión de las zonas rurales de Filipinas.
Los rebeldes no han respondido a este último anuncio pero el pasado 10 de diciembre anunciaron una "tregua informal" para colaborar también en las tareas de ayuda en la isla de Mindanao, base de las guerrillas del Ejército del Nuevo Pueblo, y uno de los lugares más afectados.
Las operaciones contra los rebeldes se detendrán a partir de mañana domingo y volverán a empezar el próximo 2 de enero, según informó el Ejército en un comunicado.
