MADRID, 15 Abr. (EDIZIONES) -
Este jueves se cumple un año del hundimiento del ferry Sewol en las aguas de Corea del Sur, en el que fallecieron 304 personas. Entre ellas, se encontraban 250 estudiantes de la Escuela Secundaria Danwon. Por ello, los familiares de estos jóvenes han decidido rendirles un sentido homenaje en el lugar de tan trágico suceso.
Los padres de muchas de las víctimas del desastre han realizado ofrendas a sus muertos lanzado crisantemos blancos al mar, al tiempo que también lanzaban los aperitivos favoritos de sus hijos.
Lee Jung-seob, padre de la alumna Hye-kyung, aseguró que estaba "muy afligido. En estas aguas tan frías, sólo puedo pensar en el frío que pasó". "Sólo puedo pensar cómo hija echaba de menos a su madre, a su padre y a su familia. Me duele tanto el corazón", concluía el desconsolado padre.
SUS HABITACIONES ESTÁN INTACTAS
Muchos de los padres han dejado los dormitorios de sus hijos perdidos intactos, incapaces de guardar en cajas los recuerdos y objetos personales. Peluches, libros y ropa todavía permanecen en los desordenados dormitorios de los jóvenes.
Kim Young-lae, que perdió a su hijo Dong-Hyuk en la tragedia, sólo ha quitado la cama de su habitación y ha añadido una foto del joven de 16 años, incapaz de renunciar a las pertenencias de su hijo mediano. "A veces hablo con él en la foto", dijo un lloroso Kim. "Pero no puedo mirarle a los ojos porque todavía me duele", continuaba.
De hecho, las últimas palabras de Dong-Hyuk fueron grabadas en móvil con un mensaje dirigido a sus progenitores: "Tengo que decir una última palabra antes de morir: mamá y papá, os quiero".
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