HRW pide al Gobierno que tome las medidas necesarias para evitar los ataques contra edificios cristianos

Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 20:45

MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha solicitado este jueves al Gobierno egipcio que tome las medidas necesarias para proteger las iglesias y otros edificios cristianos contra los ataques lanzados en los últimos días por presuntos islamistas radicales, algunos de los cuales podrían estar vinculados con Hermanos Musulmanes.

La Iglesia Católica egipcia ha cifrado en 50 el número de iglesias y conventos cristianos atacados durante la semana pasada por supuestos seguidores de la organización islamista, que ha negado toda relación con los mismos.

La gran mayoría de las instalaciones afectadas han sufrido ataques con artefactos incendiarios y desperfectos por el lanzamiento de piedras. Las gobernaciones de Suez, Asuit, Menia y El Cairo han sido los principales escenarios de estos altercados.

HRW ha recordado que dichos ataques se han saldado con la muerte de al menos cuatro personas y ha pedido a las autoridades que investiguen igualmente por qué las fuerzas de seguridad han estado prácticamente ausentes o han fracasado a la hora de intervenir, incluso después de ser informada de los asaltos.

"Todo el mundo pudo prever estos ataques durante semanas debido a las acusaciones de miembros de Hermanos Musulmanes contra la comunidad cristiana copta por haber jugado un presunto papel en el derrocamiento del expresidente Mohamed Mursi, pero las autoridades hicieron poco o nada para evitarlos", ha dicho el director en funciones del programa de HRW para Oriente Próximo, Joe Stork.

"Ahora, decenas de iglesias han quedado reducidas a un montón de ruinas y los cristianos de todo el país se esconden en sus casas, temiendo por sus vidas", ha agregado.

La organización ha destacado que ha hablado con 43 testigos, clérigos y activistas coptos, que han confirmado ataques contra 42 iglesias, decenas de instituciones e iglesias cristianas, y varios negocios y viviendas coptas.

"En la inmensa mayoría de los 42 casos documentados, ni la Policía ni el Ejército estuvieron presentes en el lugar al inicio de los ataques", ha sostenido HRW. Asimismo, ha destacado que, en algunos casos, los ataques contra los edificios religiosos fueron ejecutados al mismo tiempo que otros asaltos contra comisarías de la zona.

Por otra parte, HRW ha puntualizado que estos ataques "se produjeron tras semanas escuchando un discurso sectario por parte de seguidores de Hermanos Musulmanes en las acampadas en las plazas cairotas de Rabaa al Adaweya y Nahda, donde se denunció o insinuó una vinculación entre los coptos y el derrocamiento de Mursi".

En este sentido, ha recordado que Assem Abdel Maguid, uno de los portavoces de las protestas, afirmó el 24 de julio que "los coptos y los comunistas están apoyando a (el jefe del Ejército y actual ministro de Defensa, Abdelfatá) Al Sisi en el asesinato de musulmanes".

"A pesar de que algunos líderes de Hermanos Musulmanes han condenado los ataques, es necesario que también pidan a sus seguidores que dejen de incitar a la violencia insinuando que la minoría copta es responsable de la represión", ha remachado Stork.

Hermanos Musulmanes y sus aliados han acusado a las nuevas autoridades de acceder al poder a través de un golpe de Estado militar y de lanzar una campaña de represión contra los movimientos islamistas.

Además, han criticado duramente al Gobierno y al Ejército por el desalojo forzoso de las acampadas protagonizadas por seguidores de Mursi, que se saldó con la muerte de alrededor de 600 personas, según el balance oficial. Sin embargo, Hermanos Musulmanes elevó el número de muertos a 4.500.

Las autoridades han cifrado en alrededor de 850 el número de fallecidos a consecuencia de la oleada de violencia desatada en el país a consecuencia del asalto militar a las acampadas, mientras que diversas ONG internacionales han acusado al Ejército de hacer un uso excesivo e injustificado de la fuerza.

COMUNICADO DEL PLJ

En respuesta a las acusaciones, el Partido Libertad y Justicia (PLJ) --vinculado a Hermanos Musulmanes--, emitió la semana pasada un comunicado para condenar los ataques contra la comunidad copta y resaltó "el carácter pacífico de la revolución".

"En base a la verdadera naturaleza de nuestra religión, y siguiendo los principios indivisibles de nuestro partido, condenamos todo ataque, incluso de carácter verbal, contra los coptos, sus iglesias y sus propiedades", dijo.

"A pesar de que algunos líderes coptos han apoyado, o incluso han participado, en el golpe de Estado del 3 de julio, los ataques no son justificables. Nuestra revolución no es violenta. Seguiremos movilizando a las masas en las calles sin violencia, sin destrucción y sin sabotaje", agregó la formación.

En este sentido, destacó que "los actos de vandalismo están destinados a dañar la reputación (de Hermanos Musulmanes), demonizar la revolución y buscar una justificación para que los responsables del golpe de Estado continúen con sus actos de represión y violencia".

GAMAA AL ISLAMIYA NIEGA SU RESPONSABILIDAD

Asimismo, la organización salafista egipcia Gamaa al Islamiya negó estar detrás de los ataques contra iglesias y sostuvo que "personas no identificadas" se infiltraron en las manifestaciones antigubernamentales y llevaron a cabo los ataques contra propiedades de la comunidad copta para incitar un conflicto sectario.

Gamaa al Islamiya estuvo directamente implicado en el asesinato en 1981 del entonces presidente Anuar el Sadat, y ha sido acusado del atentado de 1997 contra el Templo de Deir el Bahari, en Luxor, que se cobró la vida de 58 turistas extranjeros y cuatro ciudadanos egipcios

La organización se enraíza en el salafismo y varios de sus líderes han expresado hostilidad en varias ocasiones en los últimos años hacia los monumentos pre islámicos del país, que consideran paganos.

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