BANTUL (INDONESIA), 30 May. (EP/AP) -
El Ministerio de Asuntos Sociales indonesio elevó hoy hasta 5.698 el balance oficial de víctimas mortales del terremoto del pasado sábado, mientras se reducen las esperanzas de encontrar supervivientes entre los escombros y empieza a llegar la ayuda internacional de 22 países destinada a los más de 200.000 damnificados que perdieron sus casas en el seísmo.
Sobre el terreno, la principal necesidad es hacer llegar agua y alimentos frescos a los miles de personas alojadas en refugios precarios o en las ruinas de sus casas. El volcán Merapi, cuya erupción se teme desde hace semanas, continúa expulsando cenizas y gas, pero no hay signos de mayor actividad.
En Ginebra, el coordinador humanitario de la ONU, Jan Egeland, elogió los esfuerzos internacionales de ayuda precisando que han permitido hacer un "enorme progreso". La ayuda, dijo a AP, "está yendo bien en lo relativo a Java". "La necesidad más crítica es la asistencia médica, y después de eso están el agua y el saneamiento, y lo tercero son los alojamientos de emergencia", añadió.
El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) anunció hoy una ayuda de 60 millones de dólares (47 millones de euros) en créditos de bajo interés para la reconstrucción de las zonas afectadas. Desde Estados Unidos, hoy llegaron a Yogyakarta unos 20 marines a bordo de dos aviones de carga, y desde China, un equipo de 44 médicos junto a cinco toneladas de ayuda.
El presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono, que ha trasladado temporalmente sus oficinas a la región, subrayó que su Gobierno no permtirá que "ni un sólo dólar" de la ayuda internacional "sea malgastado".
El jefe del equipo malasio, Abdul Aziz Ahmad, afirmó hoy que no hay apenas esperanzas de encontrar supervivientes entre los escombros, porque "las casas destruidas eran tan pequeñas que cualquiera que quedara atrapado podría haber sido sacado por sus familiares".
