LONDRES, 19 Sep. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Marta Altuna) -
Donald Payne se ha convertido en el primer soldado británico en declarse culpable de crímenes de guerra por haber tratado de forma inhumana a iraquíes civiles ante una corte marcial, si bien tanto él como sus compañeros negaron otras acusaciones que se les hicieron. Payne tendrá que afrontar también un juicio por homicidio así como por obstrucción de la justicia en el caso de la muerte de Baha Mousa, un hombre de 26 años que trabajaba en un hotel y que murio el 15 de septiembre de 2003 en una base militar en Basora, en el sur del país.
El fiscal, Julian Bewan, indicó que Mousa fue detenido junto a otras 14 personas y fue llevado a un centro de detención donde fueron privados de libertad durante 36 horas y golpeados mientras llevaban puestas esposas y sacos que tapaban sus cabezas.
