MOSCU, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al menos siete reclusos murieron y varios más resultaron heridos durante la represión por parte de las fuerzas del orden de un motín en una cárcel en Tiblisi, que las autoridades georgianas consideran que forma parte de un "complot de desestabilización a gran escala" en el país. Por su parte, la oposición ha denunciado la represión policial y ha pedido una investigación parlamentaria independiente de los hechos.
Según el Ministerio de Justicia, siete reclusos fallecieron en los sucesos, mientras que 22 presos y dos policías fueron hospitalizados con heridas. El motín en la prisión número 5 de Tiblisi comenzó a las 2:30 horas en un intento de fuga, según explicó el ministro de Justicia, Gia Kavtaradze, citado por los medios locales.
Tras una hora de llamamientos a la calma infructíferos, la Policía irrumpió en la prisión, poniendo fin al motín, según el ministro, que precisó que los reclusos han sido trasladados a otros centros de detención ya que las celdas de la prisión número 5 han quedado destruidas tras la operación de dos horas de la Policía, que abrió fuego contra los amotinados. Kavtaradze dijo que las autoridades tenían información de que el motín había sido planeado.
Entretanto, decenas de familiares enfurecidos de los reclusos se concentraron a las puertas de la prisión a la espera de tener noticias sobre lo ocurrido, mientras que algunos grupos pro Derechos Humanos han acusado a las fuerzas del orden de uso excesivo de la fuerza.
Algunos partidos de la oposición también han condenado la operación policial, que han calificado de brutal, y han solicitado la dimisión del jefe del sistema penitenciario, Bacho Akhalaia. En este sentido, el líder de Nueva Derecha, Davit Gamkrelidze, consideró "muy dudosa" la versión del Gobierno de que se trató de un motín planeado. Si así fuera, añadió, "en lugar de evitarlo lo han fomentado aún más y han abatido a los reclusos con pistolas automáticas".
En este sentido, el diputado pidió a la presidenta del Parlamento georgiano, Nino Burjanadze, que cree una comisión parlamentaria para investigar lo ocurrido. Pero Burjanadze ha valorado la actuación policial y defendido que la Policía empleó "la fuerza adecuada" para evitar la fuga, que habría provocado, dijo "una desestabilización" del país.
Otros diputados del partido gobernante también han alabado la intervención policial y defendido que la intervención evitó la desestabilización del país. La presidenta del comité parlamentario de Derechos Humanos, Elene Tevdoradze, fue la única diputada del partido gobernante que cuestionó en parte la intervención. "¿Por qué no lo evitaron si sabían que estaba planeado de antemano? Creo que los responsables, no sé exactamente quiénes, que tenían la información deberían ser considerados responsables", afirmó.
VALORACION DEL PRESIDENTE
Pero el presidente, Mijail Saakashvili, defendió la intervención policial advirtiendo de que si la fuga de anoche hubiera triunfado "4.000 criminales peligrosos y desesperados habían salido a la calle y esto habría supuesto decenas de coches robados, cientos de violaciones, cientos de robos en casas, cientos de casos de asesinatos y otros muchos desastres y desórdenes".
El presidente agradeció al Ministerio de Justicia y a la Policía georgiana su actuación "extremadamente profesional que nos evitó este desastre". "Nadie está contento con la pérdida de vidas humanas, no importa el tipo de hombres que sean, pero nos protegeremos con todos los medios disponibles en nuestra sociedad en el marco de la ley", aseguró.
Saakashvili, que intervino en una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional, advirtió al "crimen organizado y a sus partidarios" por mucho "ruido" que haban, pese a los intentos "chantaje" a los que recurran y el dinero y la influencia que recaben, "llegaremos a cada miembro y participante del crimen organizado y sus partidarios" porque, añadió, "esto no es el Lejano Oeste donde la justicia se compra con dinero".
