Tras más de tres años de guerra, han reaparecido una serie de enfermedades "que no deberían existir" como sarampión o polio
MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
Médicos Sin Fronteras (MSF), una de las organizaciones internacionales que trabaja sobre el terreno en Siria, ha alertado de cara a las elecciones presidenciales que tendrán lugar el 3 de junio de la "inseguridad constante" en que vive la población y ha reclamado "libre acceso" para la ayuda humanitaria.
La responsable de la Unidad de Emergencias de MSF, Teresa Sancristóval, ha alertado en una entrevista con Europa Press de que la situación "se está deteriorando de una manera importante" y "el nivel de destrucción es altísimo", a pesar de que, como ella misma ha admitido, sólo tienen una "visión parcial".
MSF no tiene acceso a las zonas controladas por el régimen de Bashar al Assad, pero no por ello es ajena a la situación "dramática" en la que vive la inmensa mayoría de la población, sin acceso a centros de salud o escuelas y con una "inseguridad constante". Además, según Sancristóval, "el tejido social se deteriora por momentos", lo que complica la búsqueda de apoyos.
"No es sólo la gente que muere", ha advertido, para acto seguido citar el gran número de heridos causados por el conflicto y la progresiva limitación de las capacidades quirúrgicas y médicas con las que cuenta el país.
La guerra ha causado graves daños en al infraestructura sanitaria , hasta el punto de que, de los 91 hospitales que existían antes del conflicto, la mayoría ha sufrido daños y más de una tercera parte han cesado sus operaciones.
MSF ha obtenido en los últimos meses accesos a zonas hasta ahora vetadas como Alepo, pero de cara al futuro reclaman un "libre acceso" para la ayuda humanitaria, especialmente en zonas conflictivas como Deir al Zor o los distintos asentamientos levantados.
La mayoría de los pacientes que atiende MSF presentan un cuadro de traumas por heridas o golpes derivadas de los enfrentamientos armados, pero también ha visto a lo largo de estos más de tres años de guerra una serie de enfermedades "que no deberían existir", habida cuenta de que Siria contaba antes con elementos de los que ahora carece como un sistema de vacunación o una red de aguas aceptable.
DETERIORO DE LA SANIDAD PÚBLICA
La aparición de brotes de polio y sarampión son, según Sancristóval, "un claro síntoma del deterioro del sistema de salud pública".
También se hace especialmente complicado la asistencia a embarazadas, muchas de las cuales ya han sido sometidas a varias cesáreas previas con el riesgo que esto conlleva en caso de partos complicados, así como a pacientes crónicos "que han interrumpido sus tratamiento" para males como la tuberculosis o la leishmaniasis.
Sancristóval ha mencionado también la gran cantidad de quemados que han atendido a lo largo de estos meses, en muchos casos por fuegos derivados de estufas de combustible para poder calentarse.
El radio de actuación de MSF también incluye atención psicológica, un ámbito en el que los miembros de la ONG cubren "todo el espectro". Así, trabajan con personas que han sufrido pérdidas o que denuncian torturas, si bien donde tienen más libertad para este tipo de actuaciones es en los campamentos de refugiados.
MSF desarrolla su actividad tanto en el interior de Siria --donde ha realizado 140.000 consultas entre junio de 2012 y marzo de 2014-- como en los países vecinos. En Irak, Jordania y Líbano, los miembros de la organización han proporcionado en los últimos dos años unas 400.000 consultas a los refugiados huidos del conflicto.
La ONU calcula que unos 2,2 millones de sirios han cruzado las fronteras hacia los países vecinos, mientras que 4,2 millones se han convertido en desplazados internos. Según estos datos, más de 6 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en el interior de Siria.
INSEGURIDAD
MSF trabaja en un entorno de inseguridad constante, aunque Sancristóval ha explicado que una de sus premisas es mantener un "perfil bajo" para evitar convertirse en objetivo. "El que se sienta seguro en un conflicto tiene un problema de percepción", ha recordado.
La organización se esfuerza para "mitigar" los riesgos, pero aun así sufre las consecuencias de un conflicto sin visos de solución y en el que el acuerdo político parece lejano.
Uno de los problemas a los que se tiene que enfrentar MSF es a la división que existe entre los grupos rebeldes contrarios a Al Assad. Esto les obliga a tener diferentes interlocutores en función de las distintas zonas a las que quieran acceder.
"Nos afecta muchísimo todo lo que son actores armados", ha admitido Sancristóval, que ve en estas divisiones una dificultad añadida al ya de por sí difícil trabajo sobre el terreno.
