NUEVA YORK, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una vez superada la campaña electoral de las presidenciales, el presidente, Barack Obama, deberá volver a la realidad de una Cámara de Representantes con mayoría republicana y con capacidad real para cuestionar su acción de gobierno. El primer gran objetivo de republicanos y demócratas es lograr un acuerdo para la prórroga de las deducciones fiscales aprobadas por George W. Bush.
La alternativa al consenso sería el llamado "abismo fiscal", que derogaría automáticamente los beneficios fiscales y obligaría a millones de propietarios de viviendas, por ejemplo, a multiplicar su gasto fiscal o reduciría las prestaciones por desempleo.
En concreto, las normas aprobadas prevén el recorte automático y radical del gasto público y la subida de impuestos a partir del 1 de enero, un paquete que en conjunto supondría unos 600.000 millones de dólares (unos 470.000 millones de euros). El resultado sería que la primera economía del mundo se sumiría en lo que los analistas denominan un "abismo" de recesión.
Apenas unas horas después de conocerse la reelección de Obama, el portavoz de los demócratas en el Senado, Harry Reid, ha recordado que los legisladores "tienen un gran desafío por delante en los próximos meses". "Los demócratas y los republicanos debemos unirnos y demostrar que estamos a la altura. No es el momento de postergar las cosas", ha advertido.
La alternativa es tan aterradora que los analistas confían ciegamente en que ambos partidos alcancen un entendimiento. "Nos repetimos una y otra vez: 'no pueden ser tan estúpidos'", ha indicado el presidente de Macroeconomic Advisers LLC, Chris Varvares, en declaraciones a la radio pública NPR.
Uno de los principales obstáculos para lograr un compromiso puede ser el hecho de que siga funcionando el mismo Congreso hasta enero, cuando tomen posesión los candidatos elegidos el martes: los miembros de la Cámara de Representantes --en el Senado los demócratas sí tienen mayoría-- que no han sido reelegidos no tienen ninguna necesidad de flexibilizar sus posturas.
Un indicio de cómo se desarrollará el debate parlamentario serán cuestiones aún más urgentes, como la aprobación del gasto extraordinario que ha generado la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) para atender a las víctimas del huracán 'Sandy' o las inversiones necesarias para la reconstrucción de las infraestructuras federales dañadas.
