KINSHASA, 23 Ago. (Reuters/EP) -
Los detractores del presidente de República Democrática del Congo (RDC), Joseph Kabila, ha iniciado este martes una huelga general para exigirle que deje el cargo cuando termine su mandato el próximo mes de diciembre.
La Policía ha empleado gases lacrimógenos para dispersar a unos pocos cientos de manifestantes congregados frente a la sede del principal partido opositor en el distrito de Limete, en Kinshasa, según un testigo de Reuters.
En el centro de la ciudad, la hora punta parecía menos intensa de lo normal y en los suburbios, especialmente en los bastiones opositores como Limete, muchos ciudadanos se han quedado en casa y las tiendas han permanecido cerradas.
El Gobierno ha iniciado este martes una ronda de conversaciones sobre el calendario para las elecciones, que estaba previsto que se celebraran en noviembre pero que serán aplazadas porque no han arrancado aún los preparativos. La oposición está boicotendo el diálogo, ya que lo considera una táctica dilatoria facilitada por un aliado de Kabila, el diplomático congoleño Edem Kodjo.
"Las provocaciones del Gobierno, sus inconsistencias, están aumentando a medida que buscan corromper al facilitador para amañar el resultado del diálogo", ha denunciado el portavoz de la oposición, Bruno Tshibala, a Radio France International cuya emisora de FM no está hoy en el aire a nivel local, como suele ocurrir los días en que hay protestas opositoras. "Por eso hemos decidido lanzar esta huelga general", ha señalado.
Por su parte, un portavoz gubernamental ha restado importancia a la huelga, afirmando que es obra "de algunos radicales (...) que tienen una manera anticuada de divertirse".
Los opositores a Kabila le acusan de remolonear en la convocatoria de las elecciones para aferrarse al poder en un país que no ha vivido un relevo pacífico de poder desde su independencia de Bélgica en 1960. Kabila llegó al cargo después de que su padre, Laurent Desiré Kabila, fuera asesinado en 2001 y luego ganó las elecciones en 2006. La Constitución congoleña limita a dos los mandatos presidenciales.
