MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Parlamento de Egipto ha dado este jueves su aprobación preliminar a una serie de enmiendas constitucionales que, de ser respaldadas de forma definitiva, podrían permitir al presidente, Abdelfatá al Sisi, permanecer en el poder hasta 2034.
El presidente del organismo, Alí Abdel Aal, ha detallado que 485 de los 596 parlamentarios han respaldado las enmiendas durante una votación general, superando la mayoría de dos tercios necesaria para modificar la Carta Magna, según ha informado el diario local 'Al Ahram'.
Esta votación supone un gran paso adelante para aprobar estos cambios constitucionales, que serán enviados ahora al comité Constitucional y Legislativo del Parlamento, que deberá pronunciarse en 60 días. Tras ello, serían sometidas a referéndum.
Las enmiendas incluyen la extensión del mandato presidencial de cuatro a seis años y una cláusula de transición que se aplica únicamente a Al Sisi y le permite presentarse a otros dos mandatos de seis años una vez finalice su mandato actual en 2022.
En el resto de casos, sólo permite que un presidente permanezca dos mandatos en el cargo. Asimismo, da a la Presidencia nuevos poderes en el nombramiento de miembros del sistema judicial.
Por otra parte, incrementa el papel del Ejército para "salvaguardar la Constitución, los ideales de democracia y mantener el Estado civil", al tiempo que establece la creación de una cámara alta conocida como el Consejo de Senadores. El anterior Senado, conocido como Consejo de la Shura, fue abolido en 2014.
Varios parlamentarios izquierdistas criticaron durante los debates del miércoles que las enmiendas están redactadas específicamente a una determinada "figura", en alusión al mandatario del país, que accedió al poder tras un golpe de Estado en 2013.
Al Sisi, entonces jefe del Ejército, encabezó una asonada para derrocar al presidente electo, el islamista Mohamed Mursi, tras una serie de manifestaciones multitudinarias contra el Gobierno.
Desde entonces, ha lanzado una campaña contra Hermanos Musulmanes y los grupos revolucionarios que encabezaron las protestas que provocaron la caída del régimen de Hosni Mubarak en 2011.
Las nuevas autoridades declararon a Hermanos Musulmanes como una organización terrorista, incrementando su presión contra el grupo y sus miembros y simpatizantes.
La campaña, dirigida también contra activistas opositores, se ha saldado por el momento con miles de encarcelados y condenados por diversos cargos en juicios que han sido denunciados por las ONG internacionales por su falta de transparencia.
