De practicar la mutilación genital femenina a luchar contra ella: esta es la historia de Siapai

Archivo - Plan International realiza un trabajo en Kajiado para concienciar de los riesgos de la mutilación genital femenina
Archivo - Plan International realiza un trabajo en Kajiado para concienciar de los riesgos de la mutilación genital femenina - PLAN INTERNATIONAL - Archivo
Publicado: martes, 6 febrero 2024 8:32

MADRID, 6 Feb. (Por Plan International) -

Cuando era pequeña, Siapai acompañaba a su madre a trabajar. Su medio de vida consistía en practicar la mutilación genital a niñas de su comunidad masái en Kenia. A veces, utilizaba metales duros y afilados, otras veces cuchillos. Algunas niñas se quedaban quietas, a otras tenían que sujetarlas porque se revolvían de miedo y dolor.

En Kenia, el 21% de las mujeres y niñas de entre 15 y 49 años han sufrido alguna forma de mutilación genital femenina (MGF). El 45% de estas intervenciones se hacen entre los 10 y 14 años, y el 30% entre los 5 y los 9.

Cuando creció, Siapai siguió los pasos de su madre y se convirtió en cortadora. Practicó la mutilación genital femenina en su comunidad durante siete años, orgullosa de su trabajo, que según la cultura masái, ayudaba a las niñas en su rito de iniciación hacia la adultez: no podían casarse sin pasar por este procedimiento.

Con escasos conocimientos sobre salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR), Siapai no era consciente de las posibles consecuencias de sus actos. "No sabía que lo que hacía dañaba a las niñas que pasaban por mis manos. La práctica era muy común en nuestra comunidad", cuenta Siapai a Plan International.

La mutilación genital femenina puede acarrear complicaciones de salud muy graves, que van desde el trauma hasta las infecciones, dolores menstruales insoportables, dificultades para orinar que pueden derivar en infecciones de riñón y problemas durante el parto, entre muchas otras.

Para animar a las comunidades masái a abandonar la MGF, Plan International trabaja con ellas para concienciar sobre el impacto negativo de esta práctica en la salud tanto física como mental de las niñas. El proyecto 'Break Free!' De Plan International está enseñando a niñas y mujeres sobre salud y derechos sexuales y reproductivos e igualdad de género, además de formarlas en técnicas de incidencia política para que puedan tener una voz dentro de sus comunidades.

Participando en una de las sesiones de formación, Siapai aprendió sobre derechos sexuales y reproductivos y lo importante que es educar desde niños y niñas para acabar con el fin de esta práctica. El proyecto de Plan también creó una comunidad de ahorro formada por diez mujeres a las que se le enseñaron técnicas financieras y empresariales para animarlas a explorar nuevas formas degenerar ingresos y que no siguieran practicando la MGF a niñas y jóvenes de su comunidad.

"Ahora ya no me dedico a cortar. El grupo de ahorro nos ha mantenido ocupadas porque tenemos que trabajar duro para sacar adelante a nuestras familias", dice Siapai. "Ahorramos dinero y pedimos préstamos para abrir nuevos negocios y pagar las matrículas escolares de nuestros hijos e hijas".

La región de Kajiado, en Kenia, se ha visto duramente afectada por una larga sequía. Para el pueblo masái y otras comunidades de pastores, el ganado es su principal riqueza. Sin embargo, la falta de pastos y agua ha acabado con cientos de miles de rebaños de vacas. Los grupos de ahorro son un salvavidas para quienes lo han perdido todo, pues ayudan a las mujeres a encontrar nuevas formas de mantener a sus familias.

El proyecto también trabaja con las autoridades locales, miembros de la comunidad, líderes religiosos y jóvenes defensores, animando a todos a aunar esfuerzos y trabajar juntos para acabar con la MGF.

DE CONTABLE A TRABAJAR POR LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

Jacinta, de 26 años, es una joven defensora que, tras participar en un curso de formación sobre protección y defensa de los derechos, decidió dejar su trabajo como contable para trabajar con su comunidad masái para acabar con la MGF, los matrimonios infantiles y los embarazos adolescentes.

"Mientras esta práctica cultural siga existiendo, mi pasión por luchar contra la mutilación genital femenina continuará para que las niñas como yo puedan seguir estudiando y hacer realidad sus sueños", afirma Jacinta.

Jacinta es un modelo inspirador para las niñas de su comunidad y muchas la ven como su hermana mayor, a la que pueden acudir en busca de protección y orientación. "Siempre que me encuentro con una niña que intenta escapar de la MGF o de un matrimonio forzado, la pongo en contacto con un representante del Departamento de Servicios para la Infancia que lleva a las niñas a un centro de rescate cercano".

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