COPENHAGUE, 16 May. (Reuters/EP) -
El primer ministro de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen, se ha mostrado dispuesto a gobernar en coalición con la principal formación opositora, el Partido Social Demócrata, para evitar que la estabilidad del país dependa de formaciones minoritarias y extremistas tras las elecciones generales del 5 de junio.
Los sondeos vaticinan un escenario postelectoral complicado para el Partido Liberal, que podría verse abocado a ceder el poder a un bloque de centro-izquierda encabezado por la socialdemócrata Mette Frederiksen. Los liberales se verían penalizados por la caída en intención de voto del Partido Popular Danés, su socio preferente.
"Nos tememos que la política danesa caiga en el caos, un miedo que creo que comparten muchos daneses", ha declarado Rasmussen durante la presentación de un libro sobre él. Dos nuevos partidos ultraderechistas, entre ellos uno que quiere prohibir el islam, podrían obtener representación parlamentaria en los próximos comicios.
"Si solo puedo seguir como primer ministro dependiendo de la extrema derecha, exploraría la posibilidad de una cooperación de amplio espectro", ha añadido, en alusión a los socialdemócratas.
Dinamarca ya tiene precedentes de una 'gran coalición' entre sus dos principales partidos, aunque este ensayo duró apenas 14 meses a finales de la década de los 70. No obstante, la tradición política sí que fomenta el consenso y no es raro que los grandes bloques aprueben juntos leyes de calado.
