TRÍPOLI, 6 Mar. (Reuters/EP) -
El primer ministro de Libia, Fayez al Serraj, que cuenta con el apoyo de Naciones Unidas y lidera el Gobierno de Unidas libio, ha declarado este martes que el país debería convocar elecciones parlamentarias y presidenciales antes de que termine el año.
La ONU tenía planeado para la nación norteafricana que celebrase elecciones el próximo 10 de diciembre, en un intento de poner fin al conflicto que ha arrasado al país desde la caída del ya fallecido Muammar Gaddafi. No obstante, un repunte de la violencia en los últimos meses, así como la falta de diálogo entre los líderes de las dos facciones enfrentadas, ha hecho que sea imposible.
Libi se encuentra dividida entre el Gobierno de Trípoli que lidera Serraj, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, y el ejecutivo paralelo de Jalifa Haftar, que cuenta con el control militar del este del país.
La semana pasada, Serraj mantuvo una reunión con Haftar en Abu Dhabi, pero hasta la fecha apenas se conocen detalles del resultado de la misma. Según ha afirmado este martesel primer ministro en un discurso en Trípoli, ha acordado con Haftar convocar elecciones antes de que termine el año.
Según ha explicado, se ha reunido con Haftar "para poner fin al derramamiento de sangre y alcanzar una fórmula que ponga fin al conflicto en nuestro país y a una posible escalada militar".
Las fuerzas de Haftar, el Ejército Nacional de Libia, se han expandido hacia el sur desde el pasado mes de enero, ganando el control de pozos petroleros que suponen claves estratégicas en el país.
El 21 de febrero, Haftar y el primer ministro libio, Fayez Serraj, mantuvieron un encuentro en Emiratos Árabes Unidos (EAU) en el que coincidieron en la necesidad de celebrar elecciones en Libia, según informó Naciones Unidas.
El último encuentro entre Serraj y Haftar se produjo el pasado mes de noviembre en Palermo, por mediación del Gobierno italiano, mientras que el anterior había tenido lugar en mayo.
Libia se encuentra inmersa en el caos desde la caída del régimen del coronel Muamar Gadafi en 2011, dividida 'de facto' entre dos administraciones y salpicada aún por una amalgama de milicias armadas que se reparten cotas de poder en distintos puntos del país.
