BANGKOK, 29 Mar. (Reuters/EP) -
El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, rechazó este lunes la petición de los líderes del Frente Unido para la Democracia y Contra la Dictadura (UDD) de disolver el Parlamento en un plazo de 15 días, terminando así con la esperanza de poner fin a una crisis política y dos semanas de protestas.
Abhisit, que tiene el respaldo del Ejército y de la élite de Tailandia, aseguró que la inmediata disolución del Parlamento es "imposible" pero que está dispuesto a debatir la celebración de elecciones antes de que expire su mandato presidencial a finales del próximo año.
"Es el mejor enfoque para el país ahora mismo, y podemos hablar sobre ello, pero si se insiste en que tiene que ser en 15 días, entonces no creo que estemos al mismo nivel", señaló Abhisit.
Decenas de miles de manifestantes volvieron a salir a las calles hoy hasta la base del Ejército en la que vive Abhisit, lugar que los opositores habían amenazado con asaltar si el primer ministro no atendía a sus demandas. También esta madrugada, Abhisit acordó dialogar con los líderes de los 'camisas rojas' para intentar suavizar las tensiones, aunque sigue insistiendo en que actuará de acuerdo con lo que sea lo mejor para los intereses tailandeses.
Los analistas dicen que los aliados del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, el financiero de los 'camisas rojas', probablemente ganen cuando se celebren las próximas elecciones, incrementando la posibilidad de otra intervención judicial o militar.
Después de dos semanas de manifestaciones pacíficas, los 'camisas rojas' han intensificado su campaña para derrocar al Gobierno, provocando cierto temor a que se puedan producir enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes.
Provenientes en su mayoría de las áreas rurales del país, los 'camisas rojas' consideran vulnerados sus derechos democráticas debido al golpe de Estado perpetrado en 2006 contra Shinawatra, una asonada militar que fue precedida de multitudinarias manifestaciones de los 'camisas amarillas', de los que forman parte las élites urbanas y monárquicas que apoyan a Abhisit.
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