MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
Serbia ha asegurado este viernes que otros cuatro países han retirado su apoyo al reconocimiento de independencia de Kosovo, un día después de que este territorio solicitara su ingreso en el Consejo de Europa, una propuesta que las autoridades serbias están dispuestas a avalar cuando "las provincias y las regiones" puedan ser parte de las instituciones mundiales.
El ministro de Asuntos Exteriores de Serbia, Nikola Selakovic, ha contado que ha hecho entrega este viernes al presidente, Aleksandar Vucic, de "las notas diplomáticas de cuatro países que retiraron el reconocimiento de Kosovo", así como de una notificación del Consejo de Seguridad Nacional en la que le autoriza a revelar la identidad de estos Estados "cuando lo considere necesario".
Selakovic ha criticado el "cínico" y "absurdo" comentario que su homóloga de Kosovo, Donika Gervalla-Schwartz realizó cuando afirmó que Serbia apoyaría su entrada en el Consejo de Europa, una posibilidad que puede ser considerada solo cuando sea posible para provincias y regiones", informa la cadena B92.
Para el jefe de la diplomacia serbia este nuevo paso de Kosovo demuestra que "la irresponsabilidad y la unilateralidad" son los principios por los que se mueven sus autoridades, así como la poca intención que tienen de llegar a una solución a través del diálogo.
"Estoy seguro de que Serbia, como país soberano, reaccionará responsablemente, a través de medios diplomáticos y políticos, ante la decisión de Pristina de violar sin piedad el Acuerdo de Washington, y así defenderemos no solo nuestros intereses, sino también los principios básicos del derecho internacional", ha dicho Selakovic.
En aquellos acuerdos --firmados en septiembre de 2020--, Serbia se comprometió durante un año a dejar de presionar para que otros países retiraran su apoyo a Kosovo, mientras éstos por el mismo periodo de tiempo renunciaban a solicitar su entrada en organizaciones internacionales.
En ese sentido, Selakovic ha pronosticado que una hipotética admisión de Kosovo en el Consejo de Europa colocaría a esta organización "en conflicto con los postulados en los que se basa", puesto que "la violación de los derechos humanos de los serbios y otros no albaneses en Kosovo y Metohija es un problema programático y constante ideológica en este y todos los gobiernos anteriores".
