ESTRASBURGO (FRANCIA), 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea reconoció hoy los progresos realizados por Rumania y Bulgaria en materia política y económica, pero admitió que estos países todavía tienen que hacer más avances para concluirlas completamente, cuando queda un mes y medio para que Bruselas presente la recomendación definitiva para la adhesión de ambos a la UE el 1 de enero de 2007.
El comisario de Ampliación, Olli Rehn, expuso ante la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia), los logros y retos que tienen ante sí estos países y aseguró que, a pesar de lo dicho hoy, la Comisión esperará hasta la publicación de su informe, el 16 de mayo.
En este documento Bruselas se pronunciará sobre si Rumania y Bulgaria cumplen todos los requisitos para entrar en la UE en la fecha prevista o si es necesario postergar la adhesión un año más, hasta el 1 de enero de 2008. Asimismo, Rehn aseguró hoy que en cualquiera de los dos casos la Comisión no dudará en dictar "medidas de salvaguardia" si considera que hay "deficiencias" que persistan después de la adhesión.
Rehn no quiso prejuzgar los resultados del informe que será presentado a la Eurocámara y al Consejo de la UE. En su comparencia se refirió a los avances pero también a las cuestiones que todavía tienen que mejorar en los ámbitos político y económico.
Por lo que respecta a Rumanía, el comisario admitió que se han hecho progresos en la lucha contra la corrupción pero que, sin embargo, el tráfico de seres humanos "sigue siendo un problema" para este país, donde también persiste la falta de integración de la minoría gitana.
En el caso de Bulgaria señaló que los progresos en la reforma judicial han sido "limitados", ya que, a pesar de algunas reformas, persisten las "ambigüedades" por lo que respecta a las garantías de independencia de los jueces y los instrumentos para luchar contra la corrupción "raramente han sido utilizados".
También continúa siendo deficitario el funcionamiento de la Administración pública y la trata de blancas, así como la falta de integración de la minoría gitana arrojan un saldo negativo, como en el caso de Rumanía.
