UE.- España ocupa el puesto 18 entre 27 en índice de satisfacción de consumidores de la UE

BRUSELAS 29 May. (EUROPA PRESS) -

España ocupa el puesto 18 entre los 27 en el índice de satisfacción de los consumidores publicado este martes por la Comisión Europea, entre Estonia y Polonia y por detrás de Portugal o Italia.

Los consumidores disfrutan de las mejores condiciones en Luxemburgo, Reino Unido, Dinamarca, Austria, Irlanda, Finlandia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Francia y Suecia. Las últimas posiciones de la clasificación las ocupan Bulgaria, Grecia y Rumanía.

Pese a figurar en una posición baja, España experimentó un ligero incremento en su índice de satisfacción de los consumidores, de 53 puntos en 2010 a 55 en 2011.

Según los datos del estudio de Bruselas, España registra el mayor porcentaje de la UE de consumidores que se han encontrado con publicidad u ofertas engañosas. La investigación sobre sitios de Internet de crédito al consumo reveló que todas las páginas sometidas a control incumplían las normas de la UE sobre protección de consumidores.

El año pasado, las autoridades españolas realizaron 189 notificaciones a Bruselas de productos que plantean un grave riesgo para la salud y la seguridad, el mayor número en la UE. Al mismo tiempo, sólo el 2% de los distribuidores vieron sus productos retirados de la venta, la tasa más baja entre los 27.

El porcentaje de distribuidores que han recibido quejas de los consumidores sobre la seguridad de sus productos es el más bajo de la UE (7%). El estudio pone de relieve que la toma de conciencia de los consumidores sobre sus derechos es alta, ya que sólo el 6% de los que tenían motivos para quejarse decidió no hacerlo, el porcentaje más bajo de la UE.

El 82% de los consumidores españoles conoce el periodo de tiempo durante el que tienen derecho a retractarse de una compra a distancia (el porcentaje más alto de la UE). Al mismo tiempo, sólo el 18% de los usuarios sabe sus derechos en caso de venta no solicitada.

El impacto medioambiental de sus compras influyó sólo al 22% de los consumidores españoles, el segundo porcentaje más bajo de la UE.