MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Uzbekistán cerró la noche de este lunes sus fronteras a los refugiados que huyen de la violencia en el vecino Kirguistán mientras el número de muertos asciende ya al menos a los 170 y las agencias humanitarias informan de que los supervivientes acusan de diferentes atrocidades.
Con cerca de 100.000 refugiados entrando en Uzbekistán, el viceprimer ministro de este país centroasiático, Abdulá Aripov, indicó que la frontera será cerrada a pesar de las peticiones de los grupos humanitarios y de la ONU de que debería permanecer abierta.
"Hoy, dejaremos de aceptar refugiados desde la parte kirguís porque no tenemos lugar para alojarlos y no tenemos capacidad para hacerles frente", señaló, y afirmó que Uzbekistán necesita ayuda humanitaria internacional para poder afrontar la situación, informó el diario británico 'The Times'.
"Si tenemos la capacidad para ayudarlos y tratarlos, por supuesto que abriremos la frontera de nuevo", añadió. Aripov detalló que Uzbekistán ya ha registrado a 45.000 adultos de Kirguistán, mientras que otro responsable explicó que hay unos 65.000 adultos sólo en la región uzbeka de Andijan.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) indicó ayer que está preparando suministros humanitarios para 75.000 personas. Según la Cruz Roja, al menos 80.000 refugiados han cruzado a Uzbekistán para escapar de la violencia, y otros 15.000 se agolpan en la frontera.
