PEKÍN, 21 Nov. (Reuters/EP) -
La comunidad LGTBI tiene entre sus amenazas en China las "terapias de conversión", una práctica cuestionada por las organizaciones defensoras de los Derechos Humanas y ejercida por centros sin escrúpulos que operan sin permisos y con nula supervisión de las autoridades.
Un informe elaborado por un grupo de ONG ha cuestionado unas terapias con las que se intenta modificar la orientación sexual del paciente con métodos que incluyen hipnosis, medicación, acupuntura e incluso electroshocks. Han detectado que al menos 96 centros de todo el país ofrecen esta asistencia.
A menudo se trata de instalaciones que no están autorizadas para realizar atención médica alguna, pero también se han dado casos en hospitales públicos, ya que en China no existe una ley que prohíba dichas prácticas, cuestionadas por la comunidad médica y denigrantes para quienes las sufren.
"No solo es un fraude comercial, sino una acción que viola los Derechos Humanos", ha afirmado el jefe del Public Interest Law Center on Equal Rights for LGBTI, Wang Zhenyu, cuya organización ha participado en la elaboración de este estudio.
Las autoridades chinas retiraron la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales en 2001, pero numerosos gays, lesbianas, bisexuales y transexuales siguen sufriendo la presión de sus familias para sometese a terapias de conversión.
En 2016, un hombre al que el informe identifica como Wang, denunció a un hospital de la ciudad de Zhumadian después de permanecer encerrado durante 19 días durante una de estas terapias. Este hombre asegura que fue su familia quien le obligó.
Su caso se asemeja del de una transexual que se vio arrastrada por su familia a un hospital de la localidad de Jingdezhen, en el sur del país, en julio de este año, según denuncian las ONG en su informe.
