SANTA CRUZ DE TENERIFE, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -
El obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, ha afirmado durante su homilía en la solemne eucaristía con motivo de la festividad de la Virgen de Candelaria que "la Virgen María está atenta a lo que pasa, tiene un corazón sensible y sus manos disponibles", por lo que ha instado a los fieles a estar "atentos a lo que pasa a nuestro alrededor, tener un corazón sensible y manos disponibles para echar una mano, porque eso es lo que hizo María".
Bernardo Álvarez ha señalado que hoy honramos a la Virgen de Candelaria, Patrona de Canarias, "reconociendo el poder de Dios, que se manifiesta en la misericordia que llega a sus fieles de generación en generación; un poder que derriba a los soberbios de sus tronos y que ensalza a los humildes; un poder que se manifiesta en las personas humildes, que reconocen a Dios como señor de todo y siguen su voluntad".
En segundo lugar, honramos a la Virgen María "por la voluntad de Dios de salvar al ser humano en cuerpo y alma", ha insistido el obispo, quien ha recalcado que debemos vivir nuestra fe "con alma, corazón y vida, pues hacer las cosas solo con el cuerpo es ser esclavo y hacerlo solo con el alma es no hacer nada". "Separar el cuerpo y el alma como cosas independientes y autónomas nos lleva a pensar que lo que hacemos con el cuerpo no influye en nuestro espíritu o, lo que es peor, a considerar que soy lo que me pide el cuerpo, sin considerar que mi identidad está configurada también por mis sentimientos, actitudes y creencias", añadió.
Asimismo, Álvarez ha señalado que María "vive su fe en cuerpo y alma, por eso la vemos muy unida a Dios y muy atenta a las personas" y ha subrayado que "en ella contemplamos al creyente verdadero: fe, obediencia y humildad ante Dios y amor y servicio ante los demás".
Bernardo Álvarez indicó que un tercer aspecto que estamos celebrando hoy es el triunfo sobre el pecado y la muerte. "Se gana una partida después de haber jugado confrontando con otro; la muerte, los poderosos y la soberbia necesitan el conflicto, por eso nosotros tenemos que luchar contra ese espíritu del mal que continuamente nos amenaza".
Por último, el obispo ha instado a los fieles a imitar a la Virgen María, pues "no bastan los rezos o venir a Candelaria". "La verdadera devoción a la Virgen no consiste en un afecto estéril y transitorio, sino que procede de la verdadera fe por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la madre de Dios y somos alentados a un amor filial hacia nuestra madre y a la imitación de sus virtudes".
"Tenemos que imitar a María en sus condiciones concretas de vida. Ella se adhirió total y responsablemente a la voluntad de Dios, acogió su palabra y la puso en práctica. Hemos de honrarla siendo también madre de Cristo, que debe encontrar morada en nuestra alma y en nuestra vida, pues Dios nos necesita para actuar en el mundo y él infunde en nosotros sentimientos por los cuales ama a las demás personas, como hicieron nuestros padres, nuestros profesores y tanta gente que nos han ayudado a ser lo que somos, por lo que nosotros también estamos llamados a ser el amor de Dios para las demás personas", finalizó.