LOGROÑO, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
El pintor Miguel Ángel Bedate, que expone desde hoy en Logroño una selección personal de sus obras, ha asegurado que le pone "triste" visitar la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arco-Madrid. De hecho, ha considerado que "si Miguel Ángel y Leonardo" la visitasen "saldrían corriendo".
Para Bedate, pintar es como tocar el piano. Hace falta tiempo, estudio, trabajo y horas de práctica, por eso rechaza que "hoy en día" alguien "tire pintura y ya diga que es pintor" y reconoce, con tristeza, que el arte "no va en la dirección correcta" y así lo constata cuando visita Arco.
Personalmente, ve mucho que aprender en los clásicos y si a eso unimos que considera que "la naturaleza, el buen conocimiento de la técnica y visitar museos nos puede engrandecer" se entiende su exposición, que llega a Logroño bajo el explicativo título 'Rescatar lo divino en el tiempo'.
Desde hoy, y hasta el 5 de octubre, la Sala Amos Salvador recoge una selección, hecha personalmente por el autor, de 39 lienzos y tres dibujos, en la que, tal y como ha destacado hoy en la rueda de prensa de presentación la concejala de Cultura, Pilar Montes, se pueden ver representaciones de clásicos como La Gioconda con un reloj como "recordatorio de que es una obra actual".
El propio autor ha relatado que se trata de una exposición dedicada a su madre, fallecida este año. Desde que lo tenía en su vientre, ha relatado, supo que iba a tener un hijo pintor y, así, le apoyó cuando todo empezó con un hito: cuando con seis años pidió un lápiz y un papel para dibujar.
Miguel ángel Bedate nació el 28 de enero de 1952 en Coria (Cáceres). A los nueve años ingresó en la escuela de Artes Aplicadas de Mérida. En 1967 obtuvo una beca para estudios superiores en la Escuela de Bellas Artes de Madrid.
En 1968 terminó el curso de Instituto Parramón de Barcelona 'Dibujo y pintura', obteniendo el diploma del Ministerio de Educación y Ciencia. En 1976 inauguró su galería de arte 'M.A. Bedate', en Mérida.
La rueda de prensa de hoy, en la propia sala, ha transcurrido frente a una de sus obras, la de más tamaño (seiscientos por doscientos centímetros), en la que La Venus de Urbino (de Tiziano) aparece sobre la Garganta de Gredos, y con la que el autor ha manifestado su fascinación por la naturaleza.
