Vecinos aseguran que oyeron "un golpe muy fuerte y a un hombre pedir auxilio" el día que mataron al profesor jubilado

Archivo - Un vehículo policial junto al portal 9 de la calle Pepe Blanco de Logroño donde ha aparecido muerto un hombre de 75 años, con indicios de muerte violenta
Archivo - Un vehículo policial junto al portal 9 de la calle Pepe Blanco de Logroño donde ha aparecido muerto un hombre de 75 años, con indicios de muerte violenta - EUROPA PRESS - Archivo
Actualizado: martes, 14 mayo 2024 17:48

LOGROÑO, 14 May. (EUROPA PRESS)

   Varios vecinos del profesor jubilado, Pedro José Sáez, -encontrado muerto en su domicilio el 18 de febrero de 2020- han asegurado este martes ante el Juez que "sobre las 10,30 u 11,00 horas de aquella mañana" oyeron "un golpe muy fuerte y una voz de hombre pedir auxilio un par de veces".

Este martes ha continuado el juicio por el conocido como 'crimen del profesor' contra dos personas acusadas -hombre y mujer, de 30 y 35 años, respectivamente, en el momento de los hechos- de diferentes delitos de obstrucción a la justicia, homicidio y encubrimiento. Según el escrito del Fiscal, presuntamente ambos, en connivencia, perpetraron un plan que culminó con la muerte del profesor en su domicilio.

 

Ese día, el acusado acudió a la vivienda de la víctima -de 73 años- para evitar el proceso judicial que el docente tenía con la otra procesada por estafa ya que éste le dejó 54.000 euros que no le devolvía. Según relató la mujer acusada ayer en la primera sesión del juicio, ésta mantenía una relación sentimental simultánea con el acusado pero también con la víctima pero "no se conocían entre ellos".

 

Una vez en su domicilio, según el escrito del Fiscal, el procesado intentó coaccionar al profesor para que quitase la denuncia y tras discutir con él, le golpeó "con un objeto contundente" que acabó con su vida. Tras los hechos, el hombre acusado "desapareció de Logroño" y fue encontrado en Italia. La mujer, por su parte y según declaró ayer ante el Juez, se encontraba en Madrid el día de los hechos.

 

En la segunda sesión del juicio han comparecido nueve testigos, la mayoría vecinos del bloque del profesor, aunque también ha declarado la hija del fallecido.

 

Los vecinos han asegurado que aquel día, sobre las 10,30-11,00 horas oyeron un golpe muy fuerte y varios gritos. Además, han reiterado que la víctima "no era una persona ostentosa, era un hombre muy sencillo y muy buena persona".

 

"Era un buen vecino para nosotros y lo veía siempre solo aunque alguna vez sí que le oí decir que iban a su domicilio a darse masajes pero no sé nada más", ha asegurado una vecina del piso inferior.

 

"ERA LA VOZ DE UN HOMBRE"

 

Esta testigo ha explicado ante el Juez que la voz que escuchó aquel día "era la voz de un hombre pero no podría identificar a la persona". Además -indica- "no llamamos a la Policía porque pensé que era un vecino que se había caído, me enteré después sobre las 15,00 horas de lo que había pasado".

 

Posteriormente ha declarado como testigo su marido quien subió al piso de arriba -donde vivía el fallecido- una vez escuchó los gritos de auxilio. "Recuerdo que yo estaba en el salón de mi casa cuando oí un fuerte golpe y pensé que una persona se habría caído. No le di mayor importancia pero a los pocos minutos oí una voz que pedía auxilio y salí de mi domicilio y fui al piso de arriba. Pero también bajé a los pisos de abajo, no vi nada, y me metí otra vez a mi vivienda".

 

"Nunca pensé que podría ser el profesor porque era una buena persona y no pensé que nadie le podría hacer daño", ha asegurado. Igual que su mujer ha afirmado que la víctima "era un señor que no hacía ostentación de nada".

 

Este vecino ha explicado que "sabía que el profesor tenía dos hijos". Además, recuerda, "a esa casa iba gente a darse masajes pero yo no prestaba atención a la gente que entraba o salía de la casa, tenía una tarjeta en la que publicitaba estos masajes".

 

"MUCHOS GOLPES, RUIDOS, GRITOS Y VOCES DE HOMBRES"

 

También otra vecina del bloque confirma que aquella mañana, sobre las 10,30-11,00 horas, oyó "muchos golpes, ruidos, gritos y voces de hombres. No sé de dónde venían pero sí los oí". También ha indicado que "no reconoció la voz del profesor jubilado. Oí que alguien decía: Estás cagado, estás colocado".

 

En primer lugar, indica, "yo pensé que se había caído un mueble pero luego oí voces, estaba muy asustada y me fui lo más lejos que pude, me metí en el salón para no oír nada más". Además, indica, "el vecino -que había declarado anteriormente- me debió llamar a la puerta pero no le abrí porque tenía miedo y estaba muy asustada".

 

Después -a los pocos minutos- "llegó mi marido de la compra y volví a oír pedir auxilio pero ya no oí más golpes ni más voces. No llamamos a la Policía, no se nos ocurrió".

 

Sobre la víctima -indica- "me enteré después de los hechos que tenía hijos pero yo siempre lo veía solo. Sí que sabía que daba masajes e incluso nos lo ofreció. Creo que en el buzón había una etiqueta que ponía 'masajista'".

 

Por su parte, su marido explica que "yo llegué sobre las 11,10 al domicilio después de la compra para coger las cosas porque tenía un curso. Mi mujer me dijo preocupada que oyó muchos chillos y gritos de gente. Yo estando en el salón oí a alguien pedir auxilio muy bajito, fui a la terraza interior, me quedé ahí pero no oí nada más", ha finalizado.

 

HUÍDA PRECIPITADA A ITALIA

 

En la segunda sesión del juicio también ha tomado la palabra uno de los tíos del acusado quien ha mostrado ante el Juez la "sospecha" de que su sobrino "le había quitado dinero por lo menos dos veces".

 

Además, una vez conoció que se fue precipitadamente a Italia "mintiendo a su propio jefe", el tío del acusado ha explicado que no "sabía porqué se había ido de España ni lo quería saber".

 

A preguntas de la Fiscalía, ha relatado que el ahora acusado por ser presuntamente el autor material de la muerte del profesor, le pidió ayuda sobre el año 2016-2017 para venir a España desde su país. En ese momento -recuerda- "yo le dije que si tenía el permiso de su madre podría venir a España. Yo le mandé dinero para venir, le recibí en Logroño y le ayudé como pude".

 

Ya en Logroño -explica- "yo no sé dónde trabajaba mi sobrino pero un día me llamó su jefe de una empresa de barnizados y me preguntó por mi hermana -la madre del acusado-. Yo le dije que mi hermana estaba bien pero me sorprendí porque, al parecer, mi sobrino le había dicho a su jefe que se tenía que ir rápidamente a su país porque estaba enferma, ingresada e incluso se iba a morir. Eso era mentira".

 

Ante ello y sobre por qué cree que tenía tanta prisa en marcharse de Logroño el 20 de febrero -dos días después de los hechos- indica "ni lo sabía ni lo quería saber".

 

Precisamente este martes también ha declarado el jefe de la empresa de barnizados y amigo del acusado quien ha indicado que el acusado "trabajaba con él" de forma esporádica y sin contrato.

 

Como recuerda, el 20 de febrero de 2020 -"él me dijo por teléfono que se marchaba. Yo le dije que no se fuera pero me dijo que se tenía que marchar porque su madre se estaba muriendo. Él insistió que se marchaba e incluso quedé con él en la estación de autobuses para darle un dinero porque le debía de un trabajo. Después cogió un autobús, el sólo llevaba una mochila, y salió inmediatamente".

 

"Se fue en el autobús muy nervioso", ha indicado. "Yo después pregunté por su madre y su tío me dijo que estaba bien". El día que se fue, indica, "llevaba una mochila y le di unos 700 euros".

 

PENAS

 

En concreto, el Fiscal solicita 14 años de cárcel para el hombre por el delito de homicidio y otros dos más por el de obstrucción a la justicia. Además, el principal acusado -presunto autor material del crimen- deberá indemnizar a la familia de la víctima (exmujer y dos hijos) con 300.000 euros. Por su parte, para la mujer, la Fiscalía pide dos años de cárcel por obstrucción a la justicia y otros dos años y seis meses por el delito de encubrimiento.

 

Por parte de la Acusación Particular -que defiende los intereses de los familiares del fallecido- piden cárcel por homicidio o asesinato a ambos acusados (entre 15 y 25 años) además de una indemnización de 150.000 euros para cada uno de los dos hijos del profesor fallecido.