MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los retos de la Inteligencia Artificial (IA) y de la sostenibilidad en el sector del libro han ocupado buena parte de las mesas redondas de la primera jornada de la 41 Edición de Liber, la Feria Internacional del Libro, que se ha iniciado este miércoles en Madrid.
Según ha señalado Ifema Madrid en un comunicado, la irrupción de la inteligencia artificial ha llegado a todos los sectores, entre ellos, el del libro, por lo que se quiere plantear cómo puede afectar a los diferentes actores del sector y especialmente a autores, traductores y correctores.
Para estos profesionales, como se ha señalado durante las jornadas, el desarrollo tecnológico se plantea no solo como un desafío sino como una oportunidad. Así lo han planteado las traductoras Judith de Diego, Rocío Serrano y Carmen Torrijos para quien más allá de ver la IA como una amenaza quieren platearse el uso de la tecnología como herramientas que trabajen a su favor. "Hemos de superar la desinformación actual que causa el miedo". Los profesionales consideran importante tener la oportunidad tanto de usarla como de no usarla, "que no existan ni prohibiciones, ni obligación de usarla como se puede plantear", han señalado.
En líneas generales, los profesionales consideran que la utilización de la IA producirá algunos cambios en el sector del libro pero que aún es pronto para saber de qué tipo. Lo que sí plantean es que es necesario educar tanto al sector como a los lectores para que esta irrupción de la IA no suponga una merma de la calidad. "No puede suponer una merma de la creatividad", han expresado.
SOSTENIBILIDAD EN EL SECTOR
Otro de los retos que está afrontando el sector del libro es el de la sostenibilidad. Cada vez son más las empresas editoriales que están midiendo la huella de carbono de sus ediciones y que las están dando a conocer a los lectores que compran sus libros.
"El lector tiene derecho a conocer el impacto medioambiental del libro y que esta información sea veraz. Si somos capaces de hacer esto también estaremos haciendo una labor de concienciación", ha explicado Jordi Panlleya, impulsor del Institut. Frente a las buenas intenciones y el 'greenwashing', Panlleya apuesta por la verificación, en ofrecer "información relevante que esté verificada", no solo porque ayuda a mostrar lo que se hace sino porque "se convierte en una herramienta de mejora continua".
Al analizar el impacto sobre el medioambiente, Manuel Domínguez, director general de ASPAPEL, quiso romper una lanza en favor del papel como producto "sostenible, reciclable, reutilizable y cuando no puede ser esto, biodegradable".