El consejero se queja de la "carencia de jueces" en la región
MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, advirtió hoy al presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, de la dificultad que supondrá para el Gobierno regional la puesta en marcha del nuevo modelo de Oficina judicial, teniendo en cuenta que el próximo mayo entran en vigor las medidas legislativas que regulan este nuevo sistema.
Granados asistió esta tarde a la Comisión de Coordinación del Poder Judicial con el Ministerio de Justicia y las comunidades autónomas con competencias transferidas en materia de Justicia. En el encuentro se abordó el proceso de implantación de la Oficina Judicial y otras cuestiones judiciales.
Tras concluir el encuentro, Granados celebró que el Poder Judicial haya mostrado su apoyo a las reivindicaciones de la Comunidad de Madrid relativas a la asistencia de Justicia Gratuita y la asunción por parte de las comunidades sobre gestión de personal, en contra de la postura que mantuvo esta mañana el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, en la reunión previa que mantuvo sobre este encuentro.
La postura del Consejo se distancia de la postura del Ministerio de Justicia después de que los consejeros regionales manifestaran su decepción tras el encuentro mantenido para impulsar medidas legislativas en materia de Justicia Gratuita.
En la reunión de esta tarde Granados se quejó "de la gran carencia en el número de jueces en la Comunidad de Madrid". "Mientras no haya más jueces, seguirán aumentando el número de asuntos que entran en los tribunales", aseveró a Europa Press. El juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, estimó la semana pasada que se necesitan alrededor de 150 jueces más en el partido judicial de Madrid, a tenor de que se enfrente a un número mayor de casos por ser capital.
El consejero de Justicia aseguró que salía "un poquito mejor que esta mañana", tras la "decepcionante" reunión mantenida con Caamaño, que tachó de "pérdida absoluta de tiempo".
