MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -
Doce ramos de rosas --uno por cada parque de bomberos existente--, música y poemas han servido este miércoles para homenajear a los diez bomberos del Ayuntamiento de Madrid que perdieron la vida hace hoy 32 años en el incendio desatado en lo que eran los Almacenes Arias, en el número 29 de la calle Montera.
En la plaza del Carmen, junto a familiares emocionados, han estado presentes el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís. En el acto también han estado presentes la delegada del Área de Portavoz, Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz; el concejal presidente del distrito Centro, José Fernández, y ediles de la oposición como Fernando Martínez-Vidal (Vox).
Un viernes de septiembre de 1987 comenzó a arder Almacenes Arias a las 19.45 horas. El parque más cercano, el número 5, fue el primero en llegar: lo hicieron en cuatro minutos. Ese día 122 bomberos estaban de guardia, 88 de ellos en este incendio.
Las llamas amenazaban con extenderse por todo el centro de Madrid en un día de verano pero lo peor estaba por llegar, el desplome del edificio de seis alturas, que dejó dentro la vida de diez bomberos. El fuego comenzó en el número 31 de la calle Montera, destinado a almacén, y se propagó al 29, el comercio.
El acto ha arrancado con una pieza musical a cargo de la Banda de Música de la Policía Municipal. A continuación se han depositado, uno a uno, los ramos de rosas, y posteriormente, Almeida, Villacís y Sanz han colocado una corona de laurel.
Tras guardar un minuto de silencio roto por un fuerte aplauso, el suboficial Emeterio García ha leído un poema en el que ha puesto en valor la valentía de los bomberos fallecidos.
La plaza del Carmen ha sido escenario del homenaje a petición de los propios bomberos, tal y como ha indicado Almeida, una solicitud "recogida por el anterior" Consistorio y que ellos van a mantener.
HEROÍSMO
Martínez-Almeida ha puesto en valor la "viva demostración de heroísmo por parte de estos diez bomberos, y de los compañeros que trabajando en jornadas de más de 20 horas no descansaron un minuto hasta encontrar sus cadáveres sepultados".
"Fue un ejemplo de heroísmo y un testimonio de gratitud, demostró una característica de Madrid, la solidaridad de aquellos días dramáticos en los que se trataba de recuperar los cuerpos de esos diez compañeros, cuando vecinos, comercios y madrileños se pusieron a disposición del Cuerpo de Bomberos", ha indicado.
Por su parte, Villacís ha indicado que "hay que parar a reconocer el trabajo de los bomberos, vocacional, meterse en un sitio de donde todos salen corriendo por salvar la vida de algunas personas".
