La Audiencia Nacional multa con 5.400 euros a dos jóvenes acusadas de atacar las obras del TAV en 2009

Actualizado: martes, 8 marzo 2011 19:08

El tribunal absuelve a Markel Mendizabal, que afirmó en el juicio que con "la violencia no se llega a ninguna parte"

MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Nacional ha condenado a Nahia Iglesias Pamparacuatro y a Nerea Zuloaga Salsidua a pagar, cada una, una multa de 5.400 euros por detener en julio de 2009 un tranvía de Bilbao, hacer pintadas y lanzar octavillas contra las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) mientras que ha absuelto a Markel Mendizabal al no resultar acreditada su participación en los hechos.

La Sección Primera de la Sala de lo Penal ha impuesto una multa de 18 meses con una cuota diaria de 10 euros para Iglesias y Pamparacuatro por un delito de daños con la agravante de disfraz y ha ordenado que indemnicen conjuntamente con 3.677, 90 euros a la empresa Eusko Trendibeak-Ferrocarriles Vascos S.A. por los perjuicios causados en el ataque.

El tribunal ha rebajado así la petición de pena del Ministerio Fiscal que solicitaba 3 años de cárcel y una multa de 24 meses para los tres jóvenes por un delito de daños terroristas y que sustentaba su imputación en que las acusadas actuaron siguiendo las consignas emanadas por ETA.

Sin embargo, la resolución de la Audiencia Nacional subraya que el ataque no implica un seguimiento a las directrices de la banda terrorista puesto que la oposición al proyecto del TAV es compartida por otras organizaciones sociales. Asimismo, considera que la detención momentánea del tranvía, las pintadas y el lanzamiento de octavillas contra estas obras no constituyen una alteración de la paz pública "tan grave" que permita calificar los daños como terroristas.

De acuerdo con la sentencia hecha pública este martes, las acusadas obligaron la tarde del 9 de julio de 2009 al conductor de un tranvía que circulaba a su paso por la calle Ribera de Bilbao, a la altura del teatro Arriaga, a detener su marcha.

Las jóvenes, provistas de máscaras que les cubrían sus rostros para evitar ser reconocidas y en compañía de otras personas aún sin identificar, arrojaron sacos de arena en la vía para impedir que reanudara la circulación al tiempo que realizaban pintadas en los laterales de los vagones con la inscripción en euskera 'Los jóvenes no al TAV', 'TAV no' y lanzaban octavillas con el mismo lema.

AGENTE DE PAISANO TESTIGO DE LOS HECHOS

La resolución, de la que ha sido ponente el magistrado Javier Martínez Lázaro, ha estimado como esencial prueba de cargo la declaración de un ertzaina de paisano que se encontraba casualmente en el lugar de los hechos y fue testigo del ataque perpetrado por el grupo de jóvenes.

El tribunal ha tenido en cuenta en su decisión la coincidencia entre el aspecto físico de las acusadas y las personas que aparecían en los fotoprinters grabados por el tranvía, lo cual se ha visto apoyada por la descripción ofrecidas por el agente de paisano que pudo verles las caras antes de ponerse las máscaras.

A esto se une el hecho de que Nahía Iglesias portaba un spray de pintura, las octavillas y ropa para cambiarse en el momento en el que fue detenida en las inmediaciones del lugar y en que Nerea Zuloaga guardaba un cúter de color amarillo cuando fue arrestada.

El tribunal también ve "poco creíbles" las versiones facilitadas por las acusadas y los testigos propuestos por la defensa y que no habían explicitado anteriormente en sede policial ni ante el juez instructor. Iglesias esgrimió que había acudido a clases de pintura y Zuloaga que decoró una comparsa para las fiestas de Bilbao y que por esta razón portaban el material incautado.

Mientras que los magistrados declaran que "no existen dudas" sobre la participación de ambas procesadas en los hechos, albergan una "duda razonable" acerca de Markel Mendizabal, quien es "difícilmente" identificable en los fotoprinters.

Durante la vista oral, Mendizabal rechazó estar vinculado a la banda terrorista ETA o a su rama juvenil 'Segi' y afirmó no tener opinión sobre las obras del TAV. "Creo que con la violencia no se va a ninguna parte", afirmó ante el tribunal.