Matute dice que "el Rey se considera el rey de una nación, no de un estado plurinacional"
BILBAO, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
El parlamentario de EH Bildu Oskar Matute ha afirmado que "la Monarquía es la punta del iceberb de un entramado institucional y político que persigue perpetuar un modelo de estado que se basa en la unidad por imposición" y, por ello, ha opinado que el nuevo Rey "va a contribuir a sustentar la realidad que le aupa".
En declaraciones a Radio Euskadi, recogidas por Europa Press, ha resaltado que "la desafección" de los ciudadanos hacia una institución "medieval" se ha puesto de manifiesto viendo "la poca afluencia" que se produjo en la jornada de la Coronación. En la misma línea, ha indicado que, "mientras el nuevo rey hablaba de un país para todos y una unión en la diversidad, la realidad es que la manifestaciones ese día y la represión para quien portaba enseñas republicanas fue una nota dominante".
A su entender, "el debate se pretende cerrar de manera apresurada" y, por tanto, "desde Euskal Herria tenemos que protestar con contundencia porque, si no, lo que nos esperan son cuatro décadas más de subyugación a una realidad que no es la que desea la ciudadanía vasca, que desea poder decidir cómo y de qué manera nos regimos".
Para Matute, el nuevo Rey "va a contribuir a sustentar la realidad que le aupa" como "lo ha hecho siempre" la Corona. "No tengo tan claro que se limite a ser un mero árbitro", ha añadido.
En este sentido, ha asegurado que "el Rey se considera el rey de una nación, no de un estado plurinacional". "Porque, si eso fuera así, sí daría lugar a ese debate sobre la necesidad de acercarnos hacia una mayor participación política y un modelo de estado basado en la decisión libre y voluntaria de las partes", ha planteado.
POR IMPOSICIÓN
A su entender, "la Monarquía es la punta del iceberb de un entramado institucional y político que persigue perpetuar un modelo de estado que se basa en la unidad por imposición, más que en la unión libre y voluntaria o la desagregación de las partes".
Asimismo, ha resaltado que una Constitución que es "un mastodonte de difícil movimiento" alcanza, sin embargo, "velocidades de vértigo" para modificarla "hacia parámetros contrarios" a lo que la sociedad demanda.
